Sergio Peris-Mencheta: «Hacer teatro es una militancia, un acto de puro coraje»

–¿Impone recalar en un teatro como el de Sagunt a Escena?

–Sagunto para mí significa muchas cosas. Aquí estrené 'Las comedias bárbaras', de Bigas Luna. He estado con 'Julio César' y vine con 'Continuidad de los parques', que se tuvo que suspender. Así que tengo una espinita con el festival. Además, me unía un especial cariño con el que fue su director, Juan Vicente Martínez Luciano, que falleció hace poco. Para venir con 'Ladies Football Club' hemos tenido que hacer un diseño de luces exclusivo para Sagunt a Escena.

–En la obra une dos temas, fútbol y feminismo, que levantan ampollas. ¿Es un osado o un atrevido?

–No. Pero realmente creo que el teatro, por definición, es atrevido. Tener que salir a escena, la magia del directo, saber apreciar cómo está el público... Hacer teatro es una militancia, un acto de amor y de puro coraje. Por lo menos el teatro que a mí me interesa. Para mí, contar esta historia era muy necesario.

–Se rodea de un gran elenco en el que todo son mujeres. ¿Qué ha aprendido de ellas?

–Me he vuelto a enamorar del hecho de dirigir mujeres. La actrices suelen ser un bálsamo para los problemas que surgen mientras se pone en marcha la obra. Este es un grupo muy heterogéneo, de gente que se estrena en el teatro pero también de algunas que ya tienen muchas tablas.

–Dice que el teatro es atrevido. ¿Le pesa la etiqueta de director comprometido?

–Las etiquetas le pesan a quien las pone. Yo hago lo que me apetece hacer. En mi caso, soy un ser humano comprometido. Mi manera de hacer política es dirigiendo a mi manera. La actuación es lo que me da de comer. Ahí no cuento las historias que quiero contar. Pero eso me permite dirigir.

–¿Cómo convive el Sergio Peris-Mencheta actor con el director de teatro que sabe lo que es poner en marcha una compañía, levantar un espectáculo...? ¿Hay una especie de esquizofrenia creativa?

-La habría si actuara en los proyectos que dirijo. Pero yo dirijo desde siempre, desde que estaba en la universidad y estaba en el grupo de teatro amateur. Es verdad que ahora, a nivel profesional, me siento más maduro, me hago cargo un poco más de lo que está en mi trabajo. Siendo director, cuando me toca actuar, empatizo más con lo que me rodea, entiendo al director, al responsable de vestuario... Son dos facetas complementarias por nacieron a la vez.

–En 2020 dijo que el teatro estaba herido. ¿Qué tiene este enfermo que pese a todo, sobrevive?

–El teatro no se puede piratear. Es una especie de misa pagana que nos hace a todos comulgar aunque no nos conozcamos de nada. Pero ya pueden herirlo, considerarlo el hermanito pobre de las artes escénicas, pueden afectarle todas las crisis económicas y políticas y llegarle toda la mierda, que va a sacar su músculo, va a hacer que la imaginación se desarrolle. El teatro es lo más ecológico que hay. Se recicla todo, se aprovechan la escenografías, no hay que construirlo de cero.