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La actriz Teresa Lozano (Valencia, 1944), una grande del teatro, vuelve a su tierra. Se sube a las tablas en el Rialto 25 años después de la última vez que pisó los escenarios de la orilla del Turia. Llega atraída por la fuerza de Shakespeare para entregar al público el saber hacer que ha marcado una trayectoria teatral y cinematográfica de primer orden. En la gran pantalla su nombre está impreso junto a los de Luis García Berlanga, Gracia Querejeta o Rodrigo Sorogoyen. Y en la escena ha cabalgado a lomos del Teatre Lliure de Barcelona, trabajado con Nuria Espert, Rosa María Sardá y Lluis Pasqual, sin olvidar que de Boadella recibió las primeras clases de improvisación. Fue el principio.
La carrera de la interpretación partió de Barcelona muy cerca de los nombres que dieron pie al Teatre Lliure con el que Teresa Lozano colaboró en sus primeros días de escena. ¿Acaso Valencia la dejó de lado? La respuesta que ofrece la actriz lo niega. «No se han olvidado de mí. Empecé en Barcelona, estudié allí. Me relacioné con los compañeros de la escuela que me llamaron para hacer cosas. Luego me vine a Valencia y empecé con el teatro independiente, con Pepe Marín o Julio Máñez». Trabajó un tiempo en la ciudad del Turia. Pronto empezó a sonar el teléfono con llamadas desde la capital catalana. Aquellos amigos habían alumbrado el Teatre Lliure y empezaron a contar con la actriz. «En Valencia no se han olvidado de mí», insiste, «pero he estado mucho fuera, empecé a profesionalizarme fuera».
«Hecha y nacida en el teatro», como ella misma se confiesa, asegura que el cine lo encuentra «muy difícil». Pero algún secreto debe guardar en su interior que le confiere capacidad interpretativa para uno u otro género. Basta echar una mirada a la carrera para confirmar la afirmación. Sea donde fuere, ya sobre las tablas o grabada en el celuloide, lo cierto es que el camino de Teresa Lozano siempre conduce hacia los grandes.
A esta conversación con LAS PROVINCIAS, salpicada de amable naturalidad, salta de la voz de la actriz el universal García Berlanga bajo cuyas órdenes trabajó en la película 'Todos a la cárcel'. Dice del valenciano que «era una persona que sabía muy bien lo que quería. Controlaba lo que era incontrolable, pero con mucha gracia. Tenía una visión irónica y muy interesante de la vida».
El último trabajo para la gran pantalla fue a las órdenes de Gracia Querejeta. En 2018 intervino en la película 'Ola de crímenes'. Dos años antes lo hizo en 'Que Dios nos perdone', trabajo de Sorogoyen. Son títulos de factura reciente, que unidos a su llegada a Valencia con 'La tempestad' de Shakespeare vienen a confirmar que Teresa tiene mucho que decir. Mejor dicho, mucho que interpretar.
«Sigo aprendiendo», dice. En el cine y en el teatro. Lo afirma al mismo tiempo que sostiene que el mundo de la escena «ha cambiado mucho» desde que ella empezó a subirse a las tablas. «Ha habido una creciente profesionalización. He visto crecer a mi alrededor a jóvenes que empezaban a convertirse en actores y dramaturgos de un valor extraordinario. Yo he participado de ese crecimiento, lo he visto. En Valencia también». Además observa que por la ciudad del Turia «ya empiezan a aparecer actores mayores». A su juicio «está muy bien trabajar con gente mayor. Se aprende mucho. Hay que contar con ellos, no por mí, pero son los que más tienen que decir. Cuando hice 'El rey Lear' con Nuria Espert, aprendí mucho. No sólo en el ámbito teatral, también experiencia vital. Son valores que sirven muchísimo».
No le faltan compromisos. Será porque hace bien eso a lo que ella se refiere como «un oficio», el de la interpretación. En los últimos años «no he parado». Parece que «se escribe más sobre personas y mujeres mayores. Tal vez porque hay más dramaturgas», sostiene. Quién sabe si también tendrá algo que ver que a Teresa no le asusten las novedades. Le gustan «los retos».
Shakespeare aterriza en el Rialto. Y lo hace con 'La Tempestad'. Llega con adaptación y dirección de Roberto García, director adjunto de Artes Escénicas del Institut Valencià de Cultura (IVC). Se trata de una producción propia del IVC. Para la ocasión se sube a las tablas Teresa Lozano (Valencia, 1944), una actriz que desde 1996 no pisaba los escenarios de la ciudad, y ahora regresa para ponerse en la piel de Próspero.
Con una puesta en escena de la que el propio director ha destacado su «espectacularidad» la pieza del británico llega a los espectadores en lengua valenciana y con una extensión de noventa minutos, frente a las tres horas de duración que tiene la obra. El director ha destacado durante la presentación la labor de síntesis realizada, si bien ha puesto el acento en que se mantienen los grandes temas que el autor de la obra plasmó en su texto: el ejercicio del poder, la libertad a la que apelan los personajes, la venganza, el perdón o las segundas oportunidades, grandes temas de la obra del autor británico están presentes en la adaptación de García, quien ha apuntado que los «derechos de autor los donará a la Asociación Lucha contra el Cáncer».
El director del montaje que se verá en el Rialto supone encontrarse con la última obra de William Shakespeare, una pieza que García ha descrito como peculiar y poco representada, «una patraña efectista creada para deleitar al rey Jacobo I de Inglaterra y a sus acompañantes de la alta sociedad sentados en sillas en un espacio interior (a diferencia del Globe, en el que el público, formado por gente de clase baja, asistía a las obras de pie)».
Una de las cuestiones que, como ha señalado García, le llevaron a decidirse por este reto se encierra en que «estamos básicamente ante un artefacto metateatral. La isla que aparece en la obra no deja de ser el espacio de creación de ese dramaturgo llamado Próspero y de ese director de escena Ariel. Es decir, un teatro dentro de otro teatro. Y como espacio de creación que es, hablamos de un lugar donde puede pasar cualquier cosa y donde los personajes son lanzados a vivir un viaje revelador y de transformación».
La nueva aventura teatral del IVC cuenta con Teresa Lozano, que ha recordado que hace «25 años que no estaba en Valencia». La intérprete ha destacado que el personaje al que interpreta, ya lleva varios papeles masculinos, «es complejo y rico. Con muchas vertientes» que el director de la obra ha tratado con «mucho detalle y cuidado».
La puesta en escena, que introduce también elementos del ámbito audiovisual, cuenta con un reparto «intergeneracional». A la madurez de Treresa Lozano se suman nombres de distintas edades, hasta llegar a los 25. Todos caben en la misma pieza y sobre el mismo escenario. A Teresa Lozano la acompañan Marina Alegra, Álvaro Báguena, Paula García Sabio, Nelo Gómez, Jaume Ibáñez, Jacobo Julio Roger, Jaime Linares y Manuel Maestro.
Las tres primeras funciones estaban previstas para los días 2, 3 y 4 de febrero, pero se han tenido que suspender por un positivo en COVID. Por tanto, la primera función será el sábado 5 de febrero a las 20 horas. Se mantiene el estreno, tal como estaba previsto, para el viernes 11 de febrero a las 20 horas. 'La tempestad' estará en cartel hasta el 12 de marzo.
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