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El Año Sorolla traspasa fronteras. Llega, incluso, a lugares en los que hace mucho tiempo que no se admira la pintura del maestro de la luz valenciano. La efeméride que conmemora el centenario del fallecimiento del artista valenciano, que desembarcará en Estados Unidos, también mira a Europa. Concretamente, a Copenhague, la capital danesa donde Sorolla volverá a exhibir más de un siglo después.
Porque la Glyptoteket de la ciudad, un museo con una potente programación cultural, abrirá el próximo 8 de noviembre la exhibición 'Joaquín Sorolla. Luz en movimiento', un proyecto que en colaboración con el Museo Sorolla de Madrid lleva algunos de los paisajes, retratos, escenas de playa y jardines de la colección de la pinacoteca de la capital de España a Dinamarca.
La muestra, según los responsables de la Glyptoteket, es todo un hito para la ciudad de Copenhague. Más de cien años después, la obra de Sorolla regresa a este espacio para recordar, también, la influencia que el pintor valenciano tuvo en otros creadores del país. «La Glyptoteket sólo ha mostrado en una ocasión anterior las obras de Sorolla. En 1897, para la inauguración de su museo, Carl Jacobsen montó 'Den Internationale Kunstudstilling' (La Exposición Internacional de Arte). Esta exposición contó con el cuadro de Sorolla 'La siesta en el barco' (1895)», relatan desde la institución. Ahora, el próximo 8 de noviembre será accesibe una exhibición que, en palabras de los titulares de la Glyptotek, presenta las creaciones «de uno de los pintores españoles más famosos del periodo comprendido entre finales del siglo XIX y principios del XX».
Según sus impulsores, «'Joaquín Sorolla. Luz en movimiento' presenta «obras clave de la colección del Museo Sorolla de Madrid«. »Los visitantes pueden esperar pinturas de jardines, paisajes y escenas de playa, y retratos. Las obras se muestran en diálogo con cinco obras de cinco artistas españoles contemporáneos de diferentes generaciones como Soledad Sevilla, Miquel Barceló, Juan Uslé o Belén Rodríguez. En sus respectivas prácticas, los artistas consideran la obra de Sorolla en varios planos, incluido su uso de técnicas, temas y motivos«, defienden desde el museo danés.
Es más, sostienen los expertos que Sorolla está muy relacionado con el arte danés. «En el contexto de Dinamarca, la obra de Sorolla tiene mucho en común con la obra de los pintores de Skagen: en particular, la de Peder Severin Krøyer. Sorolla y Krøyer eran contemporáneos, y a menudo se hace referencia a Sorolla coloquialmente como 'el Krøyer español'. Esto no sólo se debe al interés común de los artistas por la pintura al aire libre, sino también a que ambos crearon pinturas atmosféricas y luminosas, capturando la naturaleza, la vida de las personas y escenas de la vida cotidiana: pescadores trabajando, mujeres jóvenes caminando por la playa, jardines sombreados. y los constantes cambios del mar», describen.
La exposición ha sido desarrollada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en colaboración con el Museo Sorolla. Organizada por Ny Carlsberg Glyptoteket en el centenario de la muerte de Sorolla, está comisariada por Enrique Juncosa y ha contado con más de 100.000 euros de presupuesto para llevar estas piezas a la capital danesa.
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Entre los cuadros que van a poder disfrutar se encuentran pinturas de jardines, paisajes, retratos y sus reconocibles escenas de playa. Entre ellos, destacan 'Clotilde bajo el toldo, Biarritz' (1906); 'Clotilde en el jardín' (1919-1920); 'La alberca. Alcázar de Sevilla' (1910); 'Sierra nevada en invierno' (1910); o 'Rompeolas. San Sebastián ' (1917-1918), entre otras.
Como se puede leer en la descripción de la muestra, «Joaquín Sorolla fue un maestro a la hora de captar los rayos del sol y sus reflejos en la superficie del agua, creando pinturas vibrantes y con mucho movimiento». «Atraído por la luz y el infinito horizonte de la costa, Sorolla representó a menudo escenas de playa, aunque también pintó paisajes. En ocasiones se ha asociado su obra al impresionismo, por su interés por la luz, pero Sorolla también es un naturalista, en la medida en que pretende representar la naturaleza con la menor distorsión posible», señalan antes de afirmar que «es famoso por su capacidad para captar la actividad contemporánea en sus representaciones de la vida cotidiana».
«También era un retratista de gran talento, que retrataba a personas de todos los estratos sociales: desde pescadores hasta figuras destacadas, pasando por aristócratas y miembros de la realeza, sin mencionar a miembros de su propia familia», argumentan.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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