Sorollas para casi todos los bolsillos

Muchas de las obras de arte que salen a subasta lo hacen por las tres 'D': proceden de defunciones, deudas y divorcios». Lo asegura uno de los responsables de la sede que la casa de subastas Setdart tiene en Valencia, Carlos Cervera. El experto destaca que este es uno de los motivos principales por los que, en el mercado del arte, hay un comprador medio, que no es ni mucho menos multimillonario, y que se decanta por piezas de calidad a buen precio.

Es el caso de las obras de Joaquín Sorolla. Da la casualidad que tanto Setdart como la firma Segre subastarán en los próximos días hasta cinco obras nacidas de la creatividad del pintor valenciano. Son cuadros o dibujos de pequeño o medio formato -«es lo que más pintaba Sorolla, ya que sus pinturas solían ser encargos», defiende la directora de Segre, Mercedes de Miguel-, con precios inferiores a 100.000 euros, «y que permiten a los amantes del arte o del pintor adquirir sus obras a unos precios razonables».

Sorolla tiene dos niveles: el que rompe subastas (la última vez fue en 2014 cuando se vendió 'Vuelta de la pesca' en Londres por 2,9 millones de euros); y el omnipresente en las pujas. En este último caso, a precios menos estratosféricos.

«No hace falta se millonario para comprar un cuadro de Sorolla», dice De Miguel. «Hay muchos coleccionistas que invierten en piezas de pequeño formato porque son sinónimo de calidad. Y los precios son asequibles», afirma la responsable de Segre. Allí, hasta el 14 de julio se puede pujar por dos obras del artista valenciano. 'Retrato de don Ricardo de Lezica y Thompson' (1906-1907) sale a la venta con un precio de 60.000 euros. Se trata de una pieza de 145,4 x 105 centímetros que retrata a este terrateniente argentino de principios del siglo XX. Una obra realizada por el pintor que fue un encargo de Teodolina de Alvear, esposa de Lezica y Thompson, y que ha suscitado la curiosidad de los coleccionistas. Por una parte, su jugoso precio, destacan desde la firma de subastas, y por otro porque la pieza está acreditada por la bisnieta del autor, Blanca Pons Sorolla. En Segre, además, también se puede adquirir ''Amas de cría en San Sebastián' (1917). Su precio de salida es 12.000 euros y apenas mide 11x 16 centímetros.

Ambos son dos ejemplos de que el coleccionista de Sorolla no es, necesariamente, miembro de una gran fortuna. «Hay quien se compra un coche y pagar 12.000 euros no lo ve tan caro. Y hay quien prefiere un cuadro, que sabe que no se devalúa, que es un valor seguro y que, incluso, se revaloriza. En momentos de incertidumbre económica, en los que el dinero en el banco apenas da rendimiento, muchas personas optan por comprar arte», cuenta la experta.

En los últimos años, las obras de Sorolla han suscitado la atención por parte de los coleccionistas. Recientemente, por poner varios ejemplos, Ansorena adjudicó por 48.000 euros la pieza 'El hombre del casco'. 'Las chulas' se vendió por un importe de 146.400 euros en enero y, hasta un boceto preparatorio para el cuadro 'El dos de mayo de 1808', que se conserva en el Museo del Prado, fue adquirido por 44.770 euros a finales del año pasado. «Hay muchísimo cliente medio que quiere un sorolla», coinciden los expertos.

Pero si se habla del perfil del comprador también ha de hacerse del vendedor. ¿Por qué algunas personas deciden desprenderse de la obra del artista? En ese interrogante entran en juego las tres 'D' que nombraba Cervera. «Un cuadro no se puede partir y muchos herederos deciden venderlo», narra De Miguel, quien insiste en que no todos los que se prescinden de estas joyas lo hacen por conflictos, necesidad o problemas familiares. «Existen coleccionistas que buscan una obra mejor. Vendo un sorolla de pequeño tamaño para comprar uno mejor», relata la responsable de Segre. Por todo ello, y coincidiendo en el tiempo, en estos momentos se pueden adquirir las dos obras de esta casa de subastas y tres piezas más en Setdart: un retrato de caballero con uniforme, un dibujo y la obra 'Haciendo labores frente al mar'. Este último no tiene un precio fijado de salidad pero desde la firma de subastan hablan de un valor estimado entre 200.000 y 250.000 euros. Porque, ya se sabe, hay sorollas para casi todos los bolsillos.