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El médico Pedro Gargantilla, experto en partos de reinas españolas. R. C.
«Me sorprende que la humanidad haya salido adelante»

«Me sorprende que la humanidad haya salido adelante»

«Las parturientas firmaban un testamento porque igual no lograban sobrevivir», dice el autor de 'Embarazos y partos de las reinas de España'

JOHANA GIL

Madrid.

Martes, 2 de agosto 2022, 00:06

«Las mujeres de la monarquía han escrito la letra pequeña de las grandes historias». Este es el mensaje que se quiere lanzar con 'Embarazos y partos de las reinas de España' (Esfera Libros), la última entrega de la trilogía de curiosidades sanitarias históricas a manos del médico y escritor, Pedro Gargantilla, y la médico especialista en Ginecología, Berta Martín.

Ambos autores se han sumergido ahora en el reto de contar la evolución del país de una forma original, a través de la cara menos conocida de los reyes: su gestación. Quién tuvo complicaciones en su embarazo, qué reina se inventó gestar a un bebé en sus entrañas para satisfacer sus antojos, quién más, aparte de la Reina Letizia, tuvo a sus hijos por cesárea cuando hace 200 años era impensable, o quién acudió a un mágico manantial ante la falta de viagra son algunas de las inquietudes a las que los autores responden en su libro.

Los escritores buscan poner de relieve el papel que las mujeres «abnegadas» han jugado en la historia. «Al hablar de la Corona se suele pensar en hombres, conquistadores y luchadores, pero las verdaderas protagonistas han sido las reinas. Han dado a luz a grandes y reconocidos. Sin ellas, España sería diferente», asegura Gargantilla.

CURIOSIDAD «Hace 200 años nadie pensó que dos médicos contarían sus detalles ginecológicos» COMPRENSIÓN «La historia es más fácil de entender cuando se conocen las intimidades de los protagonistas»

-¿Cómo surge la idea del libro?

-Es una forma de darles protagonismo a las reinas. Antes eran obligadas a casarse con alguien a quien no querían con el único objetivo de embarazarse y dar un heredero de la Corona. Consideramos que de la mano de ellas se ha gestado la historia que conocemos. Es más fácil entender lo que ha pasado, la historia, cuando se conocen algunas intimidades de los protagonistas.

-¿Qué fue lo más extraordinario que encontraron durante la investigación que hicieron?

-Cuando analizo la historia, no puedo dejar de sorprenderme de que la humanidad haya salido adelante. El parto en esos momentos colocaba en riesgo de muerte tanto a la madre como al bebé. Cada vez que se ponía en marcha un alumbramiento, la madre firmaba un testamento porque era incierto si sobreviviría. Las condiciones de la época, sin asepsia, nos llevan a preguntarnos cómo es posible que las infecciones no acabasen con los seres humanos.

-¿Qué dato considera más sorprendente de este trabajo?

-La reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, tuvo 24 embarazos con una alta mortalidad. Solo cinco de sus hijos lograron llegar a la edad adulta. Es impresionante saber que una mujer daba a luz y de inmediato volvía a quedarse embarazada... Así más de una veintena de veces. En algunas ocasiones, la gestación llegaba a feliz término, pero en otras ni siquiera completaba los nueve meses.

-¿Qué ha sido lo más difícil de sintetizar en la narración?

-La hemofilia. Esta es la enfermedad (trastorno hemorrágico hereditario) que más nos costó explicar de una manera sencilla. No podíamos recurrir a vocabulario médico, sino a palabras que entendieran todo tipo de lectores. Fue un capítulo que tuvimos que rehacer muchas veces.

-¿Cómo accedieron a la información íntima?

-Hace 200 años nadie pensó que dos médicos contarían los detalles ginecológicos de las reinas. Fue un proceso de documentación de más de dos años. Hicimos un análisis de las biografías disponibles, las escritas por los contemporáneos fueron las preferidas. No hay muchos datos sobre estos aspectos. Antes estaba mal visto que alguien hablase de las intimidades de las reinas o las infantas y, de hecho, en la literatura que hemos examinado se nota que hay cosas que intentan ocultar, como por ejemplo si una mujer sangró durante el parto.

-Doña Letizia no ha sido la única reina española en tener a sus hijos por cesárea.

-A varias reinas se les practicó este proceso quirúrgico, pero se hacía de otra manera. Las técnicas eran muy agresivas. Durante mucho tiempo estuvo prohibido o se reservaba para cuando la madre ya había muerto y debían sacar al feto. Cada una vivió partos diferentes. La Reina Sofía fue la primera en tener a su hijo en un hospital. Llevaba un control de su embarazo con visitas al médico y ecografías, mientras que Isabel la Católica aún montaba a caballo y tenía a sus hijos en una tienda de campaña.

-Algunas dinastías desaparecieron. ¿La explicación está en su árbol genealógico?

-La causa de que algunas dinastías terminasen es por sus propios matrimonios con consanguinidad. Se casaban entre primos e incluso hermanos, y eso genera un trastorno genético. Se dice, incluso, que la reina María Luisa, esposa de Carlos IV, confesó antes de morir que ninguno de sus hijos era de su marido.

-La viagra hubiera sido útil para algunos reyes. ¿Qué afrodisiacos utilizaban antes?

-La mayoría de reyes gestaron a sus hijos en periodos «fértiles», solo que antiguamente se consideraba que a los 58 años ya no era posible y era necesaria una ayuda. Antes de la viagra, no había un medicamento con las mismas propiedades, por ello recurrían a otras sustancias afrodisíacas. Se creía que ir a manantiales específicos favorecía la virilidad y la fertilidad del hombre, pero la realidad es que en la mayoría se producía un efecto placebo. Es más bien algo psicológico.

-Algunas fingían estar embarazadas y otras deseaban tanto un bebé que hasta padecían los síntomas. ¿Cuáles fueron los embarazos fantasmas?

-La segunda esposa de Carlos II, al ver que el rey tenía tantas ganas de un heredero, fingió estar embarazada, al menos en siete ocasiones. Sabía que sus antojos serían satisfechos, y todos en el Palacio Real tendrían mayor consideración por ella. Al final, claro, fingía el embarazo y después fingía el aborto. Pero el caso de la reina María Tudor, la segunda esposa de Felipe II, es totalmente contrario. Deseaba tanto un hijo que tuvo dos embarazos psicológicos. Si ella lo hubiera conseguido, la historia de España sería otra.

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