Son la perfecta simbiosis, se complementan hasta al hablar. Lucas Zaragosí y Adrián Salvador practican el equilibrio entre la gestión y la creatividad en el mundo del diseño. Y lo consiguen. Hace doce años que Estudio Savage nació siguiendo su propio proceso: crecieron hasta tocar techo para después desaprender conservando su esencia. El 6 de julio reciben un reconocimiento en la Noche de los Emergentes organiza LAS PROVINCIAS en CaixaForum Valencia.
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–¿Cómo lleváis estos más de diez años de carrera?
–Lucas Zaragosí: Estamos contentos. Este año hacemos doce años desde creamos el estudio y nos hace mucha ilusión. Es un proyecto pequeño pero que cuando lo planteamos hace doce años lo hicimos con la idea de que fuera un proyecto de futuro.
–Adrián Salvador: Lo que más ilusión nos hace es que al final el estudio se ha proyectado más allá de lo que es el diseño y se puede ver con esa introducción en el mundo docente con la creación del primer máster en artesanía que define nuestros valores.
–¿Hay algo que no volverías a hacer? ¿Qué habéis aprendido?
–L. Z.: Creo que seguimos aprendiendo de disfrutar del proceso, a valorar el tiempo. A lo largo de estos años ha habido muchos puntos de inflexión, de decir que no estamos disfrutando por el volumen de trabajo o porque nos estábamos desviando del rumbo. Es importante disfrutar porque es nuestra pasión.
–A. S.: Si hemos aprendido es porque hemos cometido errores y es parte de la evolución. Hemos aprendido a crear nuestro propio modelo de marca, de empresa y de estilo, y está adaptado a nuestras características y a la ciudad de Valencia.
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–¿Cuál es la clave para marcar la diferencia hoy en día?
–L. Z.: Para nosotros ha sido importante la coherencia y pensar muy bien cada cosa. Adrián siempre dice que el diseño tiene que estar muy pensado, no podemos estar constantemente creando productos porque sí. En mi caso, que soy la parte dedicada a la gestión, he tenido la suerte de tener a un creativo al lado con los pies en el suelo y de estar rodeado de artesanos que nos empapan de honestidad.
–A. S.: Creo que también desde el principio somos conscientes del lugar en el que nos encontramos como creadores, que somos el inicio de procesos de creación y a día de hoy el trabajo de un buen diseñador es tener también algo de ética.
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–Os habéis puesto en manos de mujeres como Michelle Obama o Rania de Jordania ¿Alguna vez soñasteis con llegar a este nivel?
–L. Z.: Nuestro proceso ha sido un poco a la inversa. Si algún experto en emprendimiento o en gestión de empresas mirara nuestro modelo de negocio diría '¿qué estáis haciendo?' porque cada vez queremos ir hacia menos para poder controlar el proceso. Intentamos volver al origen a la esencia, ir despacio.
–A. S.: Es que ahora estamos en un momento interesante en Valencia. Hemos podido trabajar con muchas marcas, proyectos y y creo que Valencia Capital del Diseño lo ha fomentado.
–¿Os consideráis jóvenes talentos y emergentes o ya sois algo más que eso?
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–L. Z.: Siempre nos han catalogado así, pero desde hace años. No nos importa, nos parece muy guay porque siempre estamos reinventándonos y siempre estamos desarrollando proyectos nuevos o buscando nuevas vías para buscar la creatividad. Siempre estamos intentando desarrollar nuestro talento de una forma novedosa.
–A. S.: No sé a partir de qué edad dejas de ser joven talento, pero mientras nos lo digan no diremos nuestra edad.
–¿Qué pasa con el talento en este país que parece que se nos escapa?
–L. Z.: Nosotros somos los primeros que estudiamos aquí y luego viajamos fuera. Siempre tenemos esa idea de que lo que pasa fuera es mejor que lo de aquí. Pero una vez estás aquí y lo vives te das cuenta de que no es así, tenemos un tejido empresarial súperpotente, unos sectores vinculados al diseño que son referencia a nivel mundial... Es importante tener claro que en Valencia y en España está pasando algo muy potente, en todos los sectores pero especialmente en el diseño. Hay que empezar a valorarnos a nosotros mismos tanto como nos valoran fuera.
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–A. S.: Hay mucho talento en España, mucho creativo, pero no hay quien sepa gestionarlo bien. Lucas y yo hemos creado un tándem en el que si no estuviese Lucas, que es esa persona que gestiona la creatividad, pues igual sería alguien individual trabajando de 'freelance'.
–Estáis muy ligados a la tradición y la artesanía, ¿la sociedad lo valora? ¿Somos hipócritas sobre la sostenibilidad?
–A. S.: No creo que seamos hipócritas, creo que representa a la sociedad en la que vivimos que oscila entre dos mundos, entre la urbe y la naturaleza. Es una sociedad que parece polarizada pero que en realidad es una sociedad en la que se van difuminando esas fronteras. Estamos en la sociedad que lucha contra el cambio climático y a la vez consume 'fast fashion'. Es esa oscilación de dos mundos polarizados que poco a poco van a converger.
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–L. Z.: Detectamos que en momentos de incertidumbre siempre hay una contracorriente que defiende la esencia, los valores, lo que nos define y no lo podemos olvidar. Eso necesariamente está vinculado a la artesanía y tenemos la suerte de vivir aquí, con esa vinculación a esa artesanía y por suerte hay gente joven que está queriendo formarse y defenderla.
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