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«Toda va al ralentí. Paralizado. La ausencia de Gobierno retrasa las ayudas, impide que se tramiten disposiciones en el Congreso y obliga a las salas y compañías a pedir créditos». En una frase se resumen los problemas del teatro privado en España. La pronuncia el presidente de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (Faeteda) –que concentra a unas 400 entidades–, Jesús Cimarro, responsable, además, del Festival de Mérida. Lo asegura a este periódico horas antes del encuentro que reunió ayer en el Rialto de Valencia a representantes de las salas y compañías del país en una jornada que sirvió para poner aspectos sobre la mesa que dificultan la supervivencia de las artes escénicas. De nuevo, el IVA, las diferencias jurídicas entre autonomías, el retraso en el cobro de subvenciones, la falta de licencias específicas o el reto de atraer al público a las salas evidencian los problemas a los que se enfrenta un sector que, defiende Cimarro, «es la cuarta industria que más empleo genera en España».
Hacienda no paga y hay que pedir créditos
El propio Cimarro desvela que las ayudas públicas del Ministerio de Cultura llegan tarde y se pagan mal. «Obliga a las empresas de artes escénicas a pedir líneas de crédito, con sus correspondientes intereses. Mientras, salas y compañías abonan mensual o trimestralmente el IVA y el IRPF. Y no puedes retrasarte, te cobran por ello. Es algo que hay que solucionar», afirma. Hacienda, la encargada de abonar, está «en 'stand-by'» por la ausencia de gobierno central.
Presupuestos prorrogados e imposibilidad de dialogar
«La inestabilidad nos preocupa. Necesitamos que los presupuestos se aprueben y no se prorroguen», cuenta Isabel Vidal, gerente de la empresa de artes escénicas Grup Focus y presidenta de la Associació d'Empreses de Teatre de Catalunya (Adetca). Vidal también participó en el encuentro. Coincide con el responsable de Faeteda en que «la falta de una mirada estratégica» dificulta la supervivencia de las artes escénicas en España. «Entre elecciones y gobiernos en funciones no se agilizan los trámites, no tenemos interlocutores con los que sentarnos a hablar a medio y largo plazo», asegura Cimarro, quien pone sobre la mesa que han intentado reunirse con los distintos grupos políticos del Congreso «y no hemos podido tramitar nada».
Rebajar el IVA de las entradas no es suficiente
«Estamos trabajando en el hecho de que a las compañías se les permita facturar a los ayuntamientos al 10%. Ellos tendrían más dinero para programar y nosotros más presupuesto para producir», narra Cimarro. En este sentido, el productor y vicepresidente de la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Danza (Avetid), Toni Benavent, una entidad que forma parte del colectivo estatal, insiste también en lo que «esos 11 puntos de más para los consistorios beneficiarían al sector». «Ha bajado el importe de las entradas, y está muy bien, pero no es suficiente. Las compañías seguimos facturando al 21%», asevera. «Al final, las empresas se desgravan el IVA, pero los ayuntamientos no. El sector volvería a revertir el dinero, creando empleos. Consideramos que es una medida justa, que recogen otras legislaciones europeas», señala Vidal.
Convenios que se firman en Madrid y no en Valencia
En el encuentro también se debatió sobre las diferencias jurídicas entre las autonomías. «Respetando la idiosincrasia de cada territorio, no es posible que en Madrid y Barcelona las compañías y salas puedan firmar un convenio con una duración de dos y tres años y en Valencia no. No nos permite trabajar a medio plazo, a veces están sujetos a ayudas que no llegan, y es algo que debe cambiar», sostiene Benavent. «Hay que ver las realidades de cada autonomía», defiende Cimarro.
El teatro Rialto ultima los ensayos de ‘Dinamarca’, la obra escrita por los hermanos Rodolf y Josep Lluís Sirera, y que será la producción pública que alce el telón del escenario de la plaza del Ayuntamiento esta temporada. La obra se embienta entre 1933 y 1945, los años de la ocupación alemana de Dinamarca, y se estrenará el 3 de octubre.
Oferta variada, riesgo y comunicación atractiva
Uno de los retos a los que se enfrentan las artes escénicas es impedir que, en época de pantallas y plataformas de 'streaming', consumir teatro se convierta en una actividad residual. «Para ello, debemos pedir riesgo a los productores, campañas imaginativas, que los teatros privados demuestren su vitalidad. Por ejemplo, en Madrid, algunos espacios privados han abierto en agosto y han funcionado bien. Debemos generar una oferta que atraiga al público», afirma Vidal, quien sostiene que, en Cataluña, el número de espectadores creció un 10% la pasada temporada.
Escalante, licencias y nuevos gestores
Pese a que los problemas son comunes, Benavent destaca otros aspectos que afectan a las salas y compañías de la ciudad. El caso del teatro Escalante, que deambula por distintos escenarios, hace que los profesionales de las artes escénicas sigan exigiendo que se mantenga el proyecto. «Pero también ha que solucionar el tema de las licencias del Ayuntamiento. «No somos discotecas, somos salas de teatro», defiende. En este sentido, y como es habitual, pide diálogo con los nuevos gestores públicos municipales para hablar de ayudas y subvenciones.
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