Divertido musical

Con una estructura de sketchs de continuidad temporal, la parte textual es divertida y funciona sobre todo gracias al gran trabajo de los cuatro actores, distintos cada función. El público empatiza con su desparpajo y cantan de maravilla las melodías sencillas de la música pregrabada en un escenario casi desnudo y continuos cambios de vestuario. No vamos a descubrir ahora la potencia de Carme Juan (genial su escena de la solterona borracha con su referencia a 'L'Alqueria Blanca') y el oficio de Miquel Aparisi pero sorprende la voz y la interpretación de Sara Pedrajas y la efectividad de Vaño.

La parte musical está compensada para no engullir al texto. La naturalidad, la sorpresa y lo gustoso previsible dan un resultado satisfactorio que hará las delicias de quienes buscan una tarde festiva.