No van a encontrar en 'Las hermanas de Manolete', texto de Alicia Montesquiu, la historia del mítico torero cordobés cuya muerte en la plaza de ... Linares en 1947 aún pervive en la memoria colectiva sino de las mujeres escondidas en la parte trasera de su biografía. Ahondando en ellas, la autora extiende un mensaje sobre la situación de la mujer en aquellos años donde la sociedad las dividía en malas si decidían ser libres, hasta lo permitido, y buenas, si quedaban sepultadas por el ámbito familiar (consideradas socialmente «putas o monjas», dice el texto).
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Lo más interesante de este montaje dirigido por la mano experta de Gabriel Olivares, el que estrenó 'Burundanga' en 2011, es el submundo ideológico y social femenino. Montesquiu ha creado un texto muy bien documentado, incluso acrecentando el drama dando por cierta la leyenda negra de las hermanas, con su analfabetismo, y reproduciendo la relación intensa del torero con su desenvuelta amante Lupe Sino, con la que pretendía casarse incluso en el lecho donde murió. Episodios contrastados o conocidos en la memoria colectiva para poner en escena el contraste y la confrontación de mentalidades como retrospección a aquellos años negros de la posguerra franquista donde el hierro caía sobre la mujer negándole la felicidad, e incluso usada para el sostenimiento y el progreso de la familia.
No estamos ante teatro documento. La denuncia de aquella realidad histórica está por encima desde el arranque con las hermanas entrando en la casa después del entierro del torero simulando acciones para llevar al espectador hacia las ideas desde la irrealidad, con efectos aportados por el sonido diseñado por Ricardo Rey. Resulta fundamental para el desarrollo la escenografía de Marta Guedán, con distintos elementos que recrean una cocina cordobesa de los años cuarenta y la habitación de un hotel. A su alrededor, Olivares diseña un set cinematográfico para rodar una recreación ficticia del encuentro de las tres mujeres, repitiendo escenas y dando instrucciones interpretativas.
El resultado es un potente drama, con ciertos aires de thriller, no exento de cierto humor negro, y excelentes interpretaciones. La autora Alicia Montesquiu representa con eficacia a Manuela, la hermana mayor, mostrando gravedad para su martirio interior rencoroso. Alicia Cabrera se mete a fondo en el papel de Remedios, la pequeña, ingenua y alegre a pesar de las circunstancias, muy alejada de la perversidad de la madre y su hermana. Su desparpajo sorprende y prácticamente es un contrapunto intermedio entre Manuela y Lupe. Ana Turpin ejecuta una interpretación de enorme altura como la amante. Transmite los valores de la mujer libre víctima de un entorno moral rígido y persecutorio (con interés económico incluido). Con estas diferencias de carácter, más el detalle simbólico del rojo y el negro en el vestuario de Mario Pinilla, las tres logran un conjunto armonizado donde el movimiento de Andrés Acevedo resulta fundamental para el interés la trama y la visión de identificación entre Manuela y Lupe. Hay momentos sublimes como el diálogo de Turpin y Cabrera cuando quedan a solas.
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Posiblemente lo más débil sea el desenlace. La resolución parece elegida por ser la menos perjudicial para rubricar una historia que, siendo intrahistoria, es mucho más que una reproducción biográfica: es una indagación en el papel y la situación social de la mujer española en la década de los años cuarenta del siglo pasado. Brillante.
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