Clown cafre

Su inventiva, su vértigo trepidante, la brutalidad, su humor cafre y su riesgo incluso para el público caracterizan esta farsa con argumento, un slapstick. Melón es acusado de causar la muerte de risa de una espectadora en la función anterior. Rossinyol es el juez, maestro de ceremonias despótico, al que Melón engaña continuamente. Mardí ejerce de bufón ayudante. Es el esquema tripartito del clown: el verdugo arbitrario y autoritario, la víctima pícara y el inocente ayudante.

El resultado es una crítica hilarante contra el poder y la arbitrariedad judicial con una estética sucia y hasta violenta entre objetos volando, caídas mortales por el andamio, persecuciones y mucho ingenio en el uso surrealista de elementos sencillos (la red de protección como barrotes de la prisión). Dan mucho juego la hormigonera y la cabina de urinario portátil para el movimiento, sin que falte lo escatológico con el líquido de la escobilla o trucos como el fuego de la hormigonera y en Mardí.

Las acrobacias vertiginosas de Anicet Leone y Gabriel Agosti estremecen frente al dinamismo mandón del veterano Marcel Escolano. Una lección de clown. humor, golpes, bromas, habilidades y magia. Sentido crítico divertido.