Danza in-visible
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Dansa València concluye con éxito de público, programación y organización | El festival seguirá creciendo si consolida su autonomía y salta lejos de la burocracia y el intervencionismo de cualquier signo políticoCrítica ·
Dansa València concluye con éxito de público, programación y organización | El festival seguirá creciendo si consolida su autonomía y salta lejos de la burocracia y el intervencionismo de cualquier signo políticoLa brillante inauguración de Dansa València con 'Farsalia' de Antonio Ruz no fue un espejismo. Durante siete días, el festival conquistó al público con la ... calidad de su programación y la variedad de estilos. Además, se ha convertido en un encuentro de profesionales con mesas redondas interesantes, actividades participativas y no solo lecciones magistrales para expertos. Incluso hubo programas de radio en directo.
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Ello se ha debido al loable trabajo de su directora María José Mora, excelente conocedora de la disciplina en la teoría y en la práctica, y su magnífico equipo, con Jesús Mascarós solventando dificultades imprevistas. En lugar de destruir lo anterior, como sucede demasiado, ha aprovechado la estructura impulsada por la directora anterior Mar Jiménez, escasamente reconocida a pesar de haber resucitado el moribundo festival con milagros. Le ha dado continuidad incrementando el universo profesional y la internacionalidad, sin olvidar el interés del público, que respondió agotando las entradas disponibles. Dansa València seguirá creciendo si consolida su autonomía y salta lejos de la burocracia y el intervencionismo de cualquier signo político.
La programación parecía conservadora a priori. Fue un error pensarlo. El riesgo existía: las compañías que eran una apuesta segura de calidad ofrecieron creaciones elaboradas con notable ingenio y potencia visual. Ejemplos fueron 'Para cuatro jinetes' de Mucha Muchacha, cuya energía cautivó a pesar de lo discutible del segundo acto y el exceso de texto frente a la potente transformación de distintos bailes folclóricos españoles del tercero, la ejecución del cuerpo como herramienta de trabajo de 'Mariana' de Luz Arcas, y la marca personal de Daniel Abreu sobre el sueño con 'Dalet(da)'.
La internacionalización de la programación fue comprobable en los grandes espectáculos del Principal: 'Carcaça' del portugués Marco da Silva Ferreira, con doce intérpretes siempre en escena y la percusión en directo, y el envolvente viaje de danza meditación de los británicos Julia Robert y Rudi Cole, Humanhood, con ∞{Infinito}. También en varios espectáculos en la calle, algunos rematados por el público bailando. Hubo maravillas nacionales. Además de 'Farsalia', la reflexión sobre las etapas de nuestra vida con una excelente ejecución en 'Los Perros' de Led Silhouette y Marcos Moreau (La Veronal), 'Oro negro' de Poliana Lima, 'El carnaval no es alegre' de Natalia Fernandes, y la gran sorpresa por divertida y transgresora de 'Taranto aleatorio' de María del Mar Suárez 'La Chachi'.
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Entre los valencianos, destacaron los extractos de trabajos sobresalientes ganadores de premios de Focus València, el individual de Blanca Tolsá o 'Nicolasito Pertusato' de Mar García y Javi Soler. Entre las piezas cortas callejeras, las miradas esquivas de Cave Canem y la movilidad de Kiko López. No fue redonda la producción pública 'Vorágine' de Pepa Cases: la verdad se comió a lo artístico al calcar la segunda parte cambiando mujer por hombre para subrayar el padecimiento de la víctima de una violación (haber acabado in media res hubiese impactado). Fallaron 'Camino del olivarito' de Rosa Sanz, buena idea asesinada por su desarrollo, o el conceptualismo sin danza de Societat Doctor Alonso sonando demasiado a los setenta y John Cage o Fluxus.
Podría ampliarse la oferta infantil, aunque la versión en sala de 'Perseverance' de Marroch mejoró la callejera. Lo extraño fue que solo se representara un fragmento de 'Anhel', última ganadora del premio de las Artes Escénicas Valencianas. Es una tarjeta de visita de nuestra danza, además de un premio convocado por el propio IVC y debería programarse completa siempre. Incomprensible que se ofrezca una nominada ya vista en el Rialto en lugar de la ganadora.
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Un balance sobresaliente y alentador. El festival crece y se internacionaliza, aunque siga faltando una despedida de la directora. A ella y a su equipo felicitamos y animamos.
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