Diversión garantizada

La factura de la puesta en escena es excelente a partir del texto de Joel Joan y Héctor Claramunt con situaciones paradójicas y diálogos bien construidos para un argumento simple pero atractivo para el público: dos parejas de amigos han quedado para disfrutar del popular juego que da título a la obra en una casa de El Cabanyal. Cerca han encontrado un cadáver descuartizado en un contenedor. Pero la tarde de diversión prevista se convierte en una escalofriante aventura desde el cierre de la puerta y la aparición proyectada de un extraño doctor Mengele, que les planteará durante una hora real diversos retos de supervivencia. Pero también irán descubriéndose algunos secretos inconfesables de cada personaje.

La acción se desarrolla en dos espacios con una magnífica y exuberante escenografía de Joan Sabaté: el exterior de la calle y el interior de la habitación, este de estética macabra de películas como 'Saw', con cabezas y manos cortadas, trampas, una misteriosa guillotina, y objetos con candados a abrir en los desafíos. El argumento lineal es a tiempo real de la representación: el reloj cronometra la hora para superar los retos.

El resultado es una comedia divertida, con gags ingeniosos y no exenta de algún susto. Combina el humor, el suspense, los conflictos de pareja, el terror gore y las sorpresas. Añade tensión el alocado doctor y sus propuestas aterradoras. El alcoyano Xavi Mira, director e intérprete, ha añadido en su puesta en escena toques locales típicos para cautivar al público, algunos facilones y otros ingeniosos. Resalta los caracteres opuestos de los personajes, aprovechando los conflictos y los giros argumentales para elevar la intriga con buen ritmo.

Y los intérpretes lo agradecen luciéndose. El mismo Mir representa a Edu y lo borda, con su bondad y aceptación resiliente de todo, como buen funcionario que es, aunque una inesperada cuestión política provocará un serio problema con su nueva pareja. Esta es Marina, Lara Salvador, una actriz con una madurez encomiable que sigue creciendo desde aquel 'Nosotros no nos mataremos con pistolas' de hace más de una década. Es ultrafeminista, mujer joven actual con sus contradicciones y estereotipos en su pensamiento, lo cual provoca momentos jocosos al chocar con la otra pareja y la realidad, pero pone el toque reivindicativo e igualitario. En un primer momento demuestra una inteligencia superior al resto.

Sus amigos son Rai y Viky. Él está interpretado por Josep Manel Casany y ya no sabemos qué decir aparte de que es un actor fuera de serie con puntos cómicos excelsos. Juega con su cierta ingenuidad de quien no capta la realidad como en la apertura del candado con el número de relaciones adúlteras de Viky. Ella es Cristina García. Merece un enorme reconocimiento. Su papel no es fácil por su superficialidad psicológica aparente y lo resuelve con solvencia. Conocemos su vis cómica, pero está majestuosa cuando exhibe la dureza del personaje y pone de relieve las verdades con Rai, director de cine de medio pelo y ella actriz aún peor.

Divertido y competente trabajo con un sorprendente final. Disfrute de una buena tarde.