El encanto de lo familiar

'L'home que cremava pedres' es un homenaje a los viejos oficios desaparecidos y un canto a la esperanza. Juanito es calero, picapedrero de cal para las casas, acompañado con la simpatía de su pequeño y su comprensiva esposa. El duro trabajo pasa de padres a hijos pero él no quiere que el suyo se dedique a él. Pero la construcción de hormigón crece y queda en el paro. Hasta emigra sin resultados. Ha perdido la ilusión pero gracias al hijo la suerte vuelve a sonreírle.

Gombau vuelve a sorprender con su poder narrativo y visual. Su técnica con títeres de mano singulares por una nariz identificativa es impecable. Pero también su gama de objetos, desde la pizarra inicial reversible en la fachada blanca de la casa hasta desplegables, en una escenografía adecuada para reproducir la combinación de narrativa y ejecución, con preciosas imágenes y sombras, una cautivadora fiesta de 'dimonis' de la 'Santantonada' y la bella escena azul del mar. Todo acompañado de música valenciana, con fuerte presencia de nuestra dolçaina.

Sugerente, bella y con tradiciones valencianas muy nuestras.