El silencio de los corderos

Esta valenciana de Ayora nacida en 1996 posee ya una trayectoria nutrida a pesar de su juventud. En 2019 ganó el Premio Calderón de la Barca por 'Héroes en diciembre', estrenada en el Centro Dramático Nacional. También ha publicado tres textos en las editoriales Fundamentos y Ñaque y en 2023 ganó el Certamen Internacional de Comedia del Teatro Español con 'Añoranza y siesta'. Pero no solo desarrolla su carrera prometedora en Madrid; en Valencia estrenó la genialidad 'Insomnio' en el Monasterio de San Miguel de los Reyes hace dos años y ofreció su adaptación de 'Señorita Julia' para El Micalet, adaptaciones libres y actualizadas de clásicos.

Ha estrenado su nuevo trabajo, 'Hacia prodigo', en el Teatro el Musical, con cuatro sesiones, dos de Escalante. Se trata de una reformulación de la parábola bíblica del hijo pródigo. Su puesta en escena lleva más lejos el teatro de historias familiares, en concreto la de una familia propietaria de una empresa cárnica puntera, La Jugosa, al desarrollar las escenas en itinerancia por todos los recovecos del teatro.

Se enmarca en un estilo de las nuevas tendencias escénicas denominado 'set specific', de ocupación del teatro. Pero aquí también se ocupa al público integrándolo con la itinerancia por la calle, la sala de técnicos, pasar al escenario, al vestíbulo con las sillas sin orden, al bar, al piso, a los servicios, incluso dentro, de nuevo al vestíbulo con los asientos ordenados después y finalmente al teatro para el desenlace. No es la primera experiencia semejante, y la autora lo hizo en 'Insomnio', pero ahora con una hábil naturalidad para integrar la acción y los actores con los asistentes, haciéndolos apartarse, molestándolos para pasar entre ellos, preguntándoles y provocando su participación.

La experiencia resulta satisfactoria. Se acaba viviendo porque la adecuación de las escenas a cada espacio es ideal, convertido en la carnicería, el tanatorio o la discoteca. El texto funciona y tiene momentos delirantes de humor en el drama, aunque algunas réplicas sean previsibles. Destacan escenas como el entierro de la madre, con ella en el piso superior y el velatorio en el vestíbulo, o el bar con los asistentes sentados en las mesas con el hijo comenzando a vivir por los submundos. Sus significaciones van más allá de la historia del hijo insatisfecho que pide su parte de la herencia y la despilfarra. Se tocan temas actuales como la destrucción del pequeño comercio familiar, el consumo irresponsable, la gentrificación, la prisa y la cosificación humana. Pero subyacen la falta de oportunidades de la generación de la autora; una juventud que deambula sin esperanza de futuro, exigencias de inmediatez, y carencias afectivas y económicas que la llevan al nihilismo. 'Hacia pródigo' es un testimonio generacional que marca la diferencia entre el pasado y el desconcierto del presente.

Un texto muy bien dirigido por la propia Mir, formidablemente interpretado por una Laura Romero espectacular, como siempre, la eficaz actriz alicantina Sonia Almarcha, la joven promesa Aurora García-Agud, y los solventes Íñigo Rodríguez-Claro y Pablo Justo. Vale la pena esta experiencia vivencial. Y atractiva para la juventud.