El teatro del veneno

'Maror' es una obra premiada y traducida al francés, al griego y al castellano con el título de 'Las reglas del género'. Pertenece a la etapa de solidez renovadora de Sirera junto a obras como 'Cavalls de mar', 'Indian Summer' y 'La caverna', previa a su mayor dedicación al guion audiovisual. El título significa marejada en castellano y el malestar entre varias personas en segunda acepción. Un acierto porque las relaciones conflictivas de los personajes construyen esta comedia de intriga cuyo argumento es la historia de veinticuatro horas de una familia compuesta por una escritora (Isabel), su marido (Pau), su hija (Esperança) y su hermana (Pilar) más su médico (Robert). Isabel los ha citado para comunicarles que da un giro a su vida por un motivo. El encuentro no acaba siendo nada apacible.

Rodof Sirera es muy hábil en el manejo del suspense y el choque entre la realidad y la ficción, como demostrara en su conocido 'El verí del teatre'. 'Maror' sigue esta línea de planteamientos naturalistas con personajes fuertes y una trama llena de giros continuos que construyen el argumento. Juega con el tiempo en un espacio único. Sitúa en paralelo las escenas colectivas y los diálogos entre Pau y el doctor. Sin embargo, todo cambia en el segundo acto con la repetición de la primera escena con otra verdad distinta incrementando el conflicto. Siempre con la mirada atenta y escondida del doctor, testigo con una finalidad insospechada hasta el desenlace.

La dirección del alicantino Juan Luis Iborra ha dado una pintura excelente al libreto. Se nota su experiencia cinematográfica para compenetrarse con el texto. Resuelve con fundido a oscuro las transiciones nada fáciles. Sitúa con precisión a los actores para dar relieve a los personajes en cada momento y servir a los giros argumentales. Conjuga el protagonismo de cada uno según las escenas sin perder el equilibrio necesario para incrementar la intriga de forma sostenida. Salva y clarifica la maraña de las ampollas venenosas.

El interés no se mantendría sin buenos actores. Todos ellos valencianos conocidos que son una garantía. Incluso ahora Paula Braguinsky, que sigue creciendo papel a papel desde aquella 'La mejor canción del mundo' (2016), con una osadía juvenil que da la riqueza necesaria a las vertientes de Esperanza, aunque su momento dramático debería entenderse mejor. ¿Qué podemos decir a estas alturas de Josep Manel Casany, Lola Moltó y Sergio Caballero? Pues que cada vez son mejores. Paloma Vidal está imponente con una de sus mejores interpretaciones teatrales como Isabel, independiente y defensora del papel de la mujer en la sociedad que da un cambio radical a su vida como escritora de éxito de novelas rosa para escribir la más personal e íntima y además cambiar de apoderado de sus cuentas dejando a su marido desarmado. Además de subrayar el tema recurrente en Sirera de la escritora de oficio y popular frente a la escritora libre y literaria.

Ya hablaremos de la relación de Rodolf Sirera con el veneno. Mientras, disfrutaremos de sus inyecciones de teatro.