Tres ratones ciegos

Ignasi Vidal ha realizado una nueva versión de esta historia detectivesca de asesinatos para el teatro Talía, como hiciera con 'El plan'. Le suministra un aire contemporáneo al texto incluyendo elementos como la telefonía móvil, referencias como las dificultades de iniciar un negocio y acontecimientos del presente como la guerra de Ucrania y el encarecimiento de la energía. Sirve el argumento con un ritmo más dinámico y un mayor subrayado de la psicología de los personajes hasta alejarlos de esa conversión en tipos tan recurrente en Agatha Christie. Crea una propuesta para el público actual y así atraer a los jóvenes al teatro con una conjunción estética renovada e incluso un sentido del humor cercano y acentuado al conjugar los momentos de tensión y distensión.

Ello sin perder la fidelidad al argumento original de los ocho personajes atrapados por un temporal de nieve en la casa de huéspedes recién inaugurada por la pareja Ralston. Hubo un asesinato en la capital y el sargento de policía Trotter llega a resolver el caso. Advierte de que el asesino y dos futuras víctimas se han dirigido a este lugar. Todos pueden ser el asesino o los asesinados. Y ya no puedo contar más porque es una historia de misterio, pero sí el que está reforzada la incidencia de un hecho del pasado que mueve al asesino.

En una obra donde lo fundamental son las relaciones entre los personajes y el tejido de circunstancias de los sucesos, los actores juegan un papel decisivo y han de crear su personaje con convicción. Ignasi Vidal ha dirigido con una definición diáfana de cada uno a ocho de los mejores actores de la escena valenciana actual, muy conocidos gracias a nuestra televisión pública, huyendo de la planicie de la autora. Rebeca Valls interpretó el día del estreno a Mollie, y volvió a demostrar ser una de las mejores actrices españolas, sobre todo en las escenas más duras, sin menoscabar a quien la interpreta actualmente, Lara Salvador, cuya excelencia está fuera de dudas. Àngel Fígols es Giles y expresa su soberbia, sus celos y su mezcla de dulzura e irascibilidad. Lola Moltó es la señora Boyle, con su arrogancia y su exigencia desagradable. Bruno Tamarit es Chistopher, espontáneo con sus salidas infantiles y sincero en su interpretación. Ferrán Gadea es el comandante Metcalf y dibuja de maravilla su inmutabilidad y su tendencia a ser sospechoso. Vanessa Cano impresiona exultante como la señorita Casewell cuando se muestra misteriosa y en los giros físicos y de rostro. Diego Braguinsky aporta con genialidad la dosis de simpatía dicharachera y gracia a veces con mala sombra de Paravicini. Y Jordi Ballester es el sargento Trotter. Continúa creciendo en credibilidad con contundencia contenida. Un elenco formidable.

Esta nueva propuesta de 'La ratonera' fascina por su sinceridad. Mucho más que la vista en el Olympia en 2012 con Ana Turpin y José Troncoso, o la posterior de Víctor Conde, donde dominaban las ambientaciones más británicas. Los amantes del misterio y del suspense disfrutarán incluso con toques de humor más mediterráneo.