La magia de Tolcachir

Nos presenta a cinco seres medios y anodinos con sus obsesiones insatisfechas. Sus miedos provocarán situaciones divertidas, aunque su tristeza sobrevuele entre las carcajadas. Los conflictos son enigmas porque Tolcachir esconde sus causas hasta el momento propicio. Su juego teatral se desarrolla en un espacio único, una desordenada oficina de aquellos tiempos de papeles y archivadores. En ella se concentran otros espacios referidos con los actores permaneciendo en escena aun cuando no participen en la acción.

Los sorprendentes diálogos ágiles y flamantes están interpretados por un reparto sensacional. La simpatía del público se la lleva sobre todo Carmen Ruiz, una tierna metomentodo lenguaraz. Forma con Natalia Verbeke un dúo delicioso, desde la maravillosa escena de la petición de comida por teléfono. Muy efectivos Carlos Blanco y Gerardo Otero, y sorprendente la valenciana Nuria Herrero sobre todo en sus cambios de conducta. Un conjunto con chispa para expresar al extremo temas corrientes como la ruptura matrimonial y la maternidad imposible, la dependencia edípica neurótica, la pobreza y los secretos ocultos.

Una genialidad para el deleite. Tolcachir rapta al espectador con su frescura humorística.