«En este mundo peligroso el teatro es capaz de trascender la realidad oculta»

Desde su estreno en 2013, 'En Tierra' ya ha sido representada en medio mundo, desde Etiopía hasta Broadway. Actualmente se prepara su versión operística en el Metropolitan de Nueva York y su adaptación al cine en una película de Hollywood. Pero antes aterriza en el teatro Rialto, del viernes al 6 de mayo, de la mano del director valenciano Sigfrid Monleón, nominado al Goya en varias ocasiones. Este poema épico contemporáneo que aborda desde una perspectiva de género las implicaciones destructivas de la moderna guerra de drones y su papel como instrumento de poder, pretende «hacer reflexionar» al público de la ciudad.

-¿Los males de la guerra siempre vuelven?

-He aprendido muchísimo con esta obra. Gran parte de las acciones que pasan en el mundo son secretas y poco trasparentes. Te sumerges en este mundo peligroso en el que el teatro es capaz de trascender la realidad oculta. Lo novedoso de esta obra es que hablamos de una forma de hacer guerra actual, con drones, de forma que uno puede matar a golpe de botón siendo completamente invulnerable. Pero si analizas bien la historia está llena de referencias clásicas, como a la 'Odisea' y a Ulises. Virtual o no, la esencia de la guerra siempre es la misma.

-¿La mujer juega un papel diferente en la guerra y en la sociedad?

-En la obra se reivindica su papel con una protagonista guerrera en un mundo militar dominado mayoritariamente por hombres, tratando temas como la maternidad -donde en esta sociedad siempre se castiga a la mujer por ello-, la conciliación familiar y una nueva forma de hacer guerra con mentalidad de 'playstation'.

-¿Las nuevas generaciones han desvirtuado el dolor de la guerra?

-Es un hecho que la gente que maneja los drones son reclutados en congresos y ferias de videojuegos. Jóvenes que han aprendido a matar en la pantalla y ahora trabajan para el ejército. Los videojuegos son la nueva mili.

-¿La obra evoluciona con la misma rapidez que la actualidad?

-La obra está escrita en verso pero rapeada. Con un espacio sonoro continuo que crea suspense, tensión y un ambiente hiper tecnológico de la historia . Es muy cinematográfica y muy parecida a la serie 'Homeland'. Además, al estar en presente de indicativo el espectador vive realmente lo que sucede. Su ritmo es frenético como la velocidad de la tecnología en el futuro sin control.

-¿La tecnología es quien verdaderamente gobierna?

-Totalmente. Hoy se bombardean lugares en los que ni siquiera se ha declarado la guerra con un solo dron y después de esto vendrán armas totalmente robotizadas. Además, los drones también nos vigilan y eso nos convierte en una sociedad hiper controlada en la que es difícil encontrar resistencia porque las nuevas generaciones nacen con esta tecnología.

-¿El teatro valenciano puede llegar a tener el mismo poder?

-El poder de contar historias no ha cambiado, pero en cuanto a la situación de la cultura valenciana tengo una sensación ambivalente. Por una parte veo inercias del pasado, el arraigado clientelismo, que nos ha dejado muy mal parados. Y por otra parte noto una gran ilusión, un tirón creativo que se abre paso en todos los terrenos y que no sólo mira adelante, sino que también recupera figuras de nuestra cultura injustamente olvidadas, como el poeta Vicent Andrés Estellés, por poner un ejemplo.