Mucha ternura

Demasiadas veces algunos autores y directores realizan alardes olvidando que el público mayoritario acude al teatro a que le cuenten historias. 'Una luz tímida' apuesta por la simpleza narrativa tradicional de planteamiento, nudo y desenlace para un argumento lleno de romanticismo y unos personajes tiernos que se dejan querer. Los espectadores, más jóvenes de lo habitual, respondieron levantándose de golpe a aplaudir con fervor.

Las interpretaciones de la propia África Alonso y Júlia Jové son encantadoras por su expresión sensible. Su canto es suave y aterciopelado. El acompañamiento musical de Andrea Puig (guitarras) y Marta Pons (violonchelo) es un magnífico contrapunto para intensificar lo sensitivo. Incluso participan como testigos con la expresión de sus rostros y miradas. El cuarteto logra incluso que las escenas más duras tengan impacto emocional sin salirse del estilo marcado.

Sí: existían las terapias de reconversión para quien se salía de lo convencional. La dirección excelente de Marilia Samper despojada de caminos obtusos dentro de su complejidad, donde incluso el uso alterno del castellano y el catalán según el contexto no rechina, nos recuerda que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Precioso canto al amor imposible.