El Pilar tiene mucho teatro: T-Teatre hace magia con los musicales en Valencia

Al acabar cada función de T-Teatre, el público se pone en pie, aplaude, se emociona, vitorea... Desde el escenario, los protagonistas saludan, sonríen, disfrutan... «Hay gente que no nos conoce», explica Maite López, la directora de este grupo de actores y actrices que tienen en común dos cosas: todos son exalumnos del colegio del Pilar y todos están enamorados del teatro y de los musicales.

«Muchos piensan que vienen a ver una obra de colegio», recuerda Maite, «y cuando termina no pueden ocultar su sorpresa: 'oye, ¿cuándo salen las entradas para la próxima función? Es que me ha encantado...'»

T-Teatre (Tots Teatre) no es un grupo tradicional. Tiene una historia diferente. Es heredero de Pilar Teatre (P-Teatre), el germen, la semilla, el teatro escolar curricular de alumnos dirigidos por su profesor, José Antonio Milián, un genio de las artes escénicas.

Nació en el año 2003 y desde entonces ha representado 20 musicales. Uno por año, con la excepción que provocó la pandemia del COVID. Durante años adaptaron grandes clásicos como Chicago, que fue el primero, West Side Story, Grease o Jesucristo Superstar, pero en los últimos tiempos, empujados por el ingenio de los guionistas Vicente Desantes, Diego Borrell y Angélica Yuste interpretan obras originales.

La última, Musicalia, es un homenaje al trabajo de dos décadas y se representa por última vez los días 1 y 2 marzo en el colegio del Pilar, el lugar donde nacieron y en el que hacen magia en cada ensayo y con cada obra.

La entrada, además, es gratuita. «No cobramos porque nos gusta que la gente valore el precio por vernos. Nos gusta que repitan y que se fijen en otros detalles».

Para financiarse, cada componente paga una pequeña cuota de 25 euros al año, y para poder mejorar cada obra han ideado la taquilla inversa: el público entra sin pagar, disfruta con la obra y, al acabar, aporta el dinero que quiere en forma de donativo. «Con eso nos financiamos para el material: vestuario, atrezzo, grabaciones...». Porque graban las canciones que representan en las obras en el estudio de Assisi Producciones, bajo la producción de Jorge Dobón, un toque original que da mayor calidad y profesionalidad a la obra.

Durante los veinte años de vida, por TTeatre han pasado un total de 120 personas, y en 2024 el grupo está formado por 20 actores y actrices que se encargan de todo. La mayor, de 32 años, la directora; el más joven, de 18.

«No hacemos ningún tipo de casting. Cuando pasan las PAU sacamos un comunicado en nuestras redes: ¿te gusta el teatro? ¿quieres apuntarte? El único requisito es ser antiguo alumno del Pilar y tener ganas. Al guionista le digo, 'vamos a ser 20 personas, necesito 20 personajes'», explica Maite, que lleva más de una década en el grupo y los dos últimos como directora. «Empezamos en septiembre y estrenamos en diciembre, y son tres meses de crearlo todo desde cero. Siempre musicales, porque nos encanta bailar y cantar. Es la esencia del grupo».

Y entonces se pone en marcha toda la maquinaria. Ensayos jueves y sábado que conforme se acerca el estreno son más intensivos y se alargan durante todo el fin de semana. «Hemos tenido que hablar con padres que nos llamaban para decirles que su hijo no estaba de fiesta, que estaba ensayando en el colegio hasta la una o las dos de la madrugada», sonríe Maite mientras lo recuerda.

«Las horas que pasamos juntos son muchísimas, dicen que no a otros planes, pero merece la pena. Somos una familia». Y todos son importantes, desde el protagonista hasta el que apenas tiene dos frases. «Somos un equipo. Aunque yo soy la directora, la obra es de todos. Trabajamos por grupos o comisiones (escenografía, vestuarios, coreografías... ) y si a alguien le cuesta más, pues estás más con ella y mola mucho ver su evolución. Me encanta».

Este año estrenaron Musicalia a finales de noviembre y han realizado 10 funciones: cuatro en el Pilar, cuatro en Alboraya (donde llevan 15 años representando en el Teatro Agrícola y realizan hasta una función para recaudar fondos para la Asociación contra el Cáncer) y las dos últimas de nuevo en el colegio El Pilar de Valencia. Pero TTeatre también ha dejado huella en otros lugares como Náquera, Calamocha, Denia...

«Cuando cumplimos 10 años hicimos Jesucristo Superstar de nuevo, de una manera más moderna, y en la obra número 15 hicimos Despierta Yorick, que fue una adaptación muy especial del musical Something Rotten por parte de Belén García, anterior directora del grupo. Y ahora esta, Musicalia, la obra número 20, es como un regalo a TTeatre, porque al ser original hay muchos gags, muchas bromas y mucha referencias a personajes que hemos hecho nosotros de otras obras, que salen de otras obras de TTeatre. Se supone que el libro de Musicalia es el libro de otras obras de TTeatre que hemos hecho. Y los nombres de los personajes de esta obra son prácticamente todos los nombres de personas que han estado en el grupo«.

Cada función es un regalo para el público y para el propio grupo. Son divertidas, emocionantes, con diálogos inteligentes y bailes contagiosos. «Subes al escenario y ves todo el trabajo. Es tan bonito...», admite Maite, que también actúa en Musicalia y contagia su ilusión a todos los demás. «Es como dar a luz. Ves los aplausos, las sonrisas, las caras de la gente... Lo piensas y dices 'algo estamos haciendo bien'. Para mí ha sido y es una burbuja de aire una ventana en la que he compartido momentos con gente increíble. Todos tienen algo mágico».

Y cuando termina la obra, todos se plantean qué harán al año siguiente. «Suele repetir el 80 o 90% del grupo, aunque algunos tienen que dejarlo porque se van de Erasmus o por circunstancias personales». Porque seguir el ritmo no es fácil, combinando los ensayos con los estudios, el trabajo, los exámenes... «Es como si dijeras 'el año que viene me voy', pero no puedes. TTeatre te da amigos, anécdotas, risas...», recuerda emocionada Maite, que también es profesora de Educación Infantil. Y cuando está a punto de abrise el telón, mientras el grupo forma un círculo, reza, se coge de las manos y grita su ya tradicional canto «y ese TTeatre Alé», ella cierra los ojos, suspira y sonríe mientras piensa: «Lo hemos vuelto a hacer».

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