Un tendido cargado de ilusión y de abanicos

Segunda de abono. ¡Fiesta, señores! La gran Feria de Julio, la gran cita taurina del verano. Gafas de sol, muchas. Abanicos, incontables. Los señores, y no pocas señoras, en buena medida tocados por los más variados panamás; unos con bandera de España y otros con la reglamentaria cinta negra. Almohadillas con bandera de España. Algún que otro vistió bermudas. Pero si hay que destacar la tendencia, la cosecha abundó en camisas remangadas con logo a la izquierda del pecho. Muchas blancas sin que faltaran las de rayas.

Con pareja de alguacilillos paritaria, hombre y mujer. Y con una terna de lujo, como era de esperar, el tendido se pobló de caras conocidas. En barrera, contrabarrera y tendidos se citaron el arquitecto Javier Domínguez; Víctor Mizrahi, directivo de Daikin; Jorge Segura, de industrias Francisco Segura, y también el doctor Mariano de Prado, reputado aficionado murciano y el joyero valenciano Vicente Plaza. Y como no podía ser de otra manera el presidente de la Diputación, Toni Gaspar, allí estuvo.

Otra vez el humorista Arévalo con sombrero panamá y bastón. También repitieron la expresidenta del Palau de la Música, Mayrén Beneyto, y la fundadora del colegio Iale, Marisa Marín. Mayrén cambió el blanco del jueves por el estampado de flores y optó por un pai pai fucsia en lugar de abanico. Marisa escogió el blanco roto. Una y otra no se desentendieron de las gafas de sol. Más caras conocidas, habituales de la fiesta. En la plaza estuvo el diestro valenciano El Soro, que se marcó un solo de trompeta cuando Roca Rey le brindó el tercero de la tarde.

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Ni el calor puede con los fieles

Tampoco Rafael Alcón, presidente de Fundación Bancaja se lo quiso perder. El mundo de las letras contó con representación de la mano del poeta Carlos Marzal. Letrados como Alfonso Pérez Pretel, y José Antonio Pérez Vercher, de Associació de Juristes Valencians, tambien disfrutaron de una tarde en la que una paloma blanca con la bandera de España anudada en las patas sobrevoló el ruedo hasta detenerse en lo alto de la plaza. Y así se ganó el aplauso del público.

Tarde animada, llena de ilusión taurina en la que no pasó desapercibido el capote de brega de Morante, con reverso de color verde, poco habitual. Aunque hay que decir que la combinación con el fucsia resultaba de gran atractivo.

Había ganas de feria, de conversaciones de plaza. Apetecían pasodobles, faena que le tocó en suerte a la banda de Montroy. Olía a verano, a ilusión taurina, a fiesta, a tarde que como mandan los cánones acabo al son del 'Valencia' de Padilla. Y hoy más, otra corrida para la Feria de Jullio, cita de gran tradición en la que, como recordó el joven matador Ginés Marín en Aula LAS PROVINCIAS, «ya toreaba Manolete».