«Me planteo patentar el ‘León come gamba’»

Más de uno apagó la tele por pura vergüenza ajena. Alberto Sempere, un tierno estudiante valenciano de primero de Medicina de 18 años, balbuceaba tratando de explicar al mundo las razones que le habían llevado a presentar ante el jurado de MasterChef su plato, bautizado como León come gamba. Por vez primera, acababa de ganarse la fulminante expulsión en este concurso que transita ya sin excusas por las escabrosas pendientes de los reality más tremebundos.

En sus ganas de demostrar su «carácter» y su capacidad para llegar a ser un cocinero trasgresor, Sempere, un chaval de ademanes delicados y voz meliflua, «perfeccionista» y obsesionado por la limpieza hasta el punto de llevar siempre consigo un pequeño frasco con desinfectante, cruzó la delicada línea que separa la originalidad del ridículo. Un trozo de patata para remedar una cabeza de león, dos granos de pimienta por ojos y unos hilos de azafrán por bigotes, con tiras de pimiento por melena, lograron alterar los ánimos de los jueces de la tercera edición de MasterChef.

En las redes sociales, el esperpento culinario corrió como la pólvora. Antonio Martínez Ron sugirió que el mundo de la cocina había encontrado su propio ecce homo, esta vez en un plató, no en la iglesia de Borja. La imagen ha dado ya la vuelta al mundo y, el fracasado plato, se convirtió ayer en fenómeno viral. Ya hay hasta chapas a la venta.

Entretanto, Sempere buscaba consuelo en los brazos de Eva González y de Samantha Vallejo-Nágera, mientras prometía, deshecho en lágrimas, que no volvería a cocinar más. «¿Pero tú no querías aprovechar el programa para declararte a una chica?», le preguntaron. «Me voy a esconder en un pozo y no voy a salir en un año», replicó el joven.

Sin embargo, no todo fue tan negativo. El sentido del humor de los internautas en las redes sociales ha curado el trago tan amargo que tuvo que pasar el valenciano. Cientos de memes y montajes que le han hecho cambiar de opinión. «Voy a seguir cocinando. Mi objetivo, aparte de ser médico, es montar un restaurante para gente con alergias e intolerancias», contaba ayer a este periódico mientras confesaba que las críticas del jurado «fueron merecidas» porque, asegura, «hice un muy mal plato». No obstante, y pese a que ha recibido el apoyo de sus compañeros y muchos miembros del equipo del programa, sostiene que «puede que las formas de los jueces estuvieran fuera de lugar».

Y aún hay más. ¿Patentará el León come gamba? «Me lo ha sugerido mucha gente y me lo estoy planteando. Es una buena idea. Aunque tendré que hablarlo», decía entre risas mientras regresaba a Valencia después de una jornada intensa de entrevistas.

Aún quedaba una última pregunta: ¿Volverá a entrar gracias a la repesca? «Aún no se ha grabado. Pero para que me vuelvan a elegir tendría que hacer un gran plato», manifestaba. Mientras tanto, dice, ha sacado una lección de todo esto: «Aprender y reírte de ti mismo, con eso me quedo». Con eso y con ser el creador del León come gamba.