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Rosario Porto y Alfonso Basterra (detrás), junto a sus letrados, José Luis Gutiérrez Aranguren (d) y Belén Hospido (detrás-i). EFE
'Caso Asunta': la intrahistoria de los abuelos y la suculenta herencia que dejó Rosario Porto

'Caso Asunta': la intrahistoria de los abuelos y la suculenta herencia que dejó Rosario Porto

La nueva serie española de Netflix ha vuelto a poner en el candelero un asesinato que conmocionó a toda España

Martes, 30 de abril 2024, 00:57

Netflix ha vuelto a traer a la pequeña pantalla un nuevo crimen basado en hechos reales tras el éxito de 'El cuerpo en llamas': 'El Caso Asunta'. En esta ocasión, la ficción relata el asesinato de la joven Asunta Basterra, un trágico suceso que tuvo lugar en la localidad gallega de Teo y que supuso la condena a 18 años de cárcel de sus padres adoptivos, la abogada gallega Rosario Porto y el periodista bilbaíno Alfonso Basterra.

El modus operandi empleado por ambos fue drogar a la joven, ahogarla y posteriormente arrojar el cuerpo en una pista forestal cerca de la casa familiar de la madre. Los detonantes para poder declararlos culpables fueron una cuerda roja, una dosis elevada de ansiolíticos en el cuerpo de la pequeña y las cámaras de seguridad que grabaron el coche de Porto.

No obstante, el rompecabezas del asesinato sigue incompleto a falta de algunas conjeturas e interrogantes como, por ejemplo, cuál fue el móvil que llevó a la pareja a ejecutar un plan tan frío o por qué Porto decidió terminar con su vida en la cárcel. Para poder introducirse en la mente de los asesinos habría que tener en cuenta todo el contexto: ambos se habían separado ese mismo año.

Dicho esto, una de las primeras líneas de investigación que siguió la policía fue encaminado a los padres de Rosario Porto como consecuencia de sus fallecimientos. Y es que Francisco Porto y Socorro Ortega murieron en un lapso de apenas ocho meses. Su muerte, en principio, fue repentina cuando dormían en su cama entre diciembre de 2011 y julio de 2012.

No se investigó nada hasta el asesinato de Asunta y la condena de sus progenitores, momento en el que las autoridades apuntaron directamente a Rosario Porto. Algo que finalmente fue imposible de probar, pues no se les practicó autopsia al morir. A eso hay que sumarle que sus cuerpos fueron incinerados, por lo que no se puso obtener ningún tipo de prueba que pudiera determinar una causa de la muerte.

Los investigadores tuvieron como principal hipótesis el móvil económico pues les constaba que los padres adoptivos estaban sin efectivo. A lo que se sumaba el rumor de que la niña podía ser la heredera universal de los fallecidos, recibiendo todas sus propiedades y dinero y dejando a los padres sin nada. No obstante, en los registros de los domicilios tan solo se encontró un documento que se situaba a Rosario Porto como única heredera y no a Asunta.

Cabe recordar que una mujer, Rosario Villaronga Porto, que se identificó como prima del abuelo materno de Asunta, señaló, por aquel entonces, que Francisco Porto «murió repentinamente; al ver lo que hizo aquí tuvo que matarla ella».

Herencia millonaria

La historia de la herencia no quedaría ahí. El pasado 18 de noviembre de 2020 el nombre de Rosario Porto saltaba a los titulares de la prensa española al conocerse que se había ahorcado en su celda.

En este sentido, la herencia que dejó la gallega, valorada en más de tres millones de euros, estaba compuesta por un patrimonio de cuatro viviendas y varias joyas que había heredado por parte de sus padres.

La abogada gallega poseía una vivienda en el Ensanche de Compostela donde vivía con su hija Asunta, así como otro chalet en la localidad gallega de Teo, a escasos kilómetros de Santiago de Compostela, donde se encontró en una pista cercana el cadáver de Asunta Basterra.

Junto a estos dos inmuebles, Porto también poseía otras dos viviendas que había recibido en la herencia de sus padres. Uno que estaban situado en la capital gallega y otra vivienda en la playa que utilizaba de segunda residencia.

Rosario Porto quiso que su patrimonio fuese dividido entre sus abogados y una muy buena amiga llamada Teresa, más conocida como 'La Nena'. De todos ellos, solo esta última recibió las propiedades, puesto que sus letrados decidieron renunciar a la parte que les tocaba.

Hasta tal punto llegaba la relación entre las dos que 'La Nena' fue la persona encargada en recoger las cenizas de la pequeña Asunta del tanatorio. Por eso, Rosario decidió dejarle parte de su patrimonio a su gran confidente. Según informó en su momento el periodista de 'El correo gallego' Arturo Reyboras, 'La Nena' sería la persona que heredaría toda la riqueza de Rosario Porto. Por lo que Alfonso Basterra, exmarido de Rosario y padre de Asunta, no percibiría ni un solo euro del patrimonio de su exmujer.

No obstante, en su testamento Rosario Porto hacía una petición a sus herederos en la que indicaba que parte del dinero obtenido debía destinarse a la donación de tres causas benéficas. De esta forma, sus herederos debían destinar parte de la herencia (sin especificar la cuantía) a tres organizaciones benéficas: Amnistía Internacional, SOS presos de Galicia y Human Rights Watch.

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