CLARA ALFONSO
Valencia
Jueves, 15 de diciembre 2022, 00:38
Por el programa de Carlos Sobera, 'First Dates', pasan solteros con gustos y aficiones de lo más variadas. Después de seis años de emisión, los comensales del restaurante no dejan de sorprender al público y al equipo del programa de Cuatro.
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María llegó al restaurante del amor buscando a un hombre tradicional, como ella, que quiera tener hijos porque ella cree que llega tarde. Tal y como explicó la soltera, no ha tenido mucha suerte en el amor y no ha encontrado a gente afín a ella: «Gente muy mayor, gente con hijos, delincuentes…. ».
Álvaro, su cita, se define como un tipo del PP, cristiano y al que le encanta «disfrazarse en el pasaje del terror». Su deseo también es casarse y formar una familia, pero para ello necesita conocer bien a la persona. Al verse, ambos pensaron que la cosa podía funcionar, aunque él se quedó chafado al saber que ella era mayor que él: «Yo siempre he estado con chicas menores que yo, estoy entre 18 y 35 años».
María y Álvaro hablaron sobre su vida profesional. Ella le contó que era abogada y que tenía varias especialidades. Aunque no se considera una persona pija, prefiere parecerlo a ser «una friki hortera rastrera». También le contó que tiene una parte muy artística: le encantan los karaokes y bailar.
Álvaro, por su parte, le confesó que su pasión son los pasajes del terror y que le encanta disfrazarse. A ella ese mundo le da un poco de miedo, pero le gusta también disfrazarse y vivir experiencias nuevas, por lo que no le importaría probarlo con él. María estaba encantada con su cita porque veía en Álvaro un chico religioso y tierno, y no se equivocaba. A él le gusta ir a misa y llora con las películas de amor.
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En el reservado, María y Álvaro hablaron de música, de su afición por el karaoke y la capacidad del soltero de imitar a personajes famosos e incluso, se atrevieron con los besos en el cuello. Todo parecía ir como la seda y María estaba muy segura de querer tener una segunda cita con el informático. Sin embargo, él le dijo que no había sentido la chispa que estaba buscando y que le gustaría conocer a alguien más joven.
María no podía creer que le estuviera dando calabazas en público y le recriminó que no se lo hubiera dicho minutos después cuando nadie los viera. «Me parece hiriente y una falta de respeto», aseguró la comensal, que se acordó del aviso que le había hecho su hermano: «Vas a hacer el ridículo y encima te van a hacer daño». La soltera se enfadó muchísimo con Álvaro y dijo que iba a desatar las burlas «de todo el colegio de abogados». Él, que estaba alucinando con la situación, le pidió perdón públicamente y se justificó explicando que debía ser sincero y que decirlo después habría sido mucho peor.
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