CLARA ALFONSO
Valencia
Martes, 4 de octubre 2022, 19:50
El público de 'First Dates' está acostumbrado a ver citas de todo tipo. Normalmente, los solteros acuden al restaurante del amor para buscar a su media naranja. Sin embargo, hay alguna presentación que destaca más que otra o que incluso deja sin palabras a los componentes del equipo, como lo son Carlos Sobera y Lidia Torrent.
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Jesús, de 65 años, llegaba a 'First Dates' presumiendo ser un hombre con gran poder de palabra, así que no dudó en explicarle a Carlos Sobera cómo una cabra y unas abejas le habían llevado a tener la mano vendada y, de paso, también quiso contarle cómo solucionaba su soledad sexual.
«Tengo 47 colmenas, media docena de mastines, gallinas, conejos… me he criado entre animales y cuando tenía 11 años iba para pastor, pero me metieron a estudiar porque decían que tenía buena cabeza», explicó antes de entrar en el restaurante y entregarle al presentador un tarro de melaza, para él la mejor crema y elixir.
Al verle con la mano vendada, Sobera quiso saber qué le había pasado y él le remitió a la canción 'La puta de la cabra' para contarle que se dedica a las cabras y las abejas y que una se le había escapado: «Metí el pie en una zarza y me caí. Llevó la costilla jodida y esto. La putada es que a mí me gusta hacer el sexo con amor, pero como no tengo amor, voy mucho a Alemania porque soy zurdo. Ahora tengo que utilizar la derecha y me voy casi a Marsella… ¿Me estás entendiendo?». Jesús se lo explicó con todo lujo de detalle, mientras que Carlos le escuchaba atónito.
Ketty, su cita, regresaba al programa tras un desencuentro con otro soltero «clavadito a Franco». Al ver a Jesús, se llevó una buena impresión y quedó encantada con el detalle de regalarle un bote de melaza y una rosa deshidratada: «Voy a tener que venir todas las semanas», aseguró.
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La soltera le contó que es de Madrid de toda la vida y que tiene mucho carácter. Algo que a él le encantó, aunque aseguró no querer discutir con ella. Eso sí, el soltero quiso puntualizar que ante una discusión, su mejor solución es «Un buen revolcón largo y sudoroso».
Ketty tuvo la sensación de que Jesús hablaba mucho, pero no le dio mucha importancia. Al hablar de sus respectivos hijos, la soltera le contó que tiene dos hijos, aunque cortó la relación con uno de ellos en 2006, porque no podía seguir sufriendo y llorando cada día. Jesús lo entendió y ambos coincidieron con la idea de que «no se están educando bien a las nuevas generaciones».
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A pesar de que Ketty fue al programa con pocas esperanzas, se llevó una grata sorpresa con Jesús. Un sentimiento compartido por ambas partes, así que Jesús propuso compartir los números de teléfono y seguir conociéndose por las calles de Madrid.
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