Carlos Sobera alucina con el estilo de un soltero de 'First Dates'

Desde que se estrenara en 2016, por el restaurante de 'First Dates' han pasado miles de personas en busca de su media naranja. Carlos Sobera, presentador del programa de Cuatro, recibe cada noche la visita de solteros y solteras dispuestos a encontrar a su media naranja. O al menos, a intentarlo.

Este miércoles 1 de febrero, el programa estuvo protagonizado por la visia de Xavier, un soltero de La Senia (Tarragona, un pueblo con mucha industria del mueble que le ha llevado a estudiar interiorismo. En su primera charla con Carlos Sobera, el joven se definió como un tipo con un estilo «Cayetano street wear» y que para su cita había decidido ponerse una sudadera sobre los hombres porque le daba «un toque pijo». Una prenda que acompañó con jeans, camiseta de tirantes blanca y dos detalles que le hacían brillar: un collar de perlas y botones.

El presentador quiso saber si ligaba mucho y él le dijo que no: «No ligo nada». Xavier cree que se ha vuelto asexual y está cansado de ser un juguete. Es bisexual, pero las chicas suelen verle como un amigo y siente que no tiene «tanta pluma» como los chicos y por ello no suele encajar con ellos.

Andrés, su cita, se definió como un tipo divertido y con muchos temas de conversación, pero confesó tener un problema que él mismo calificó de «bastante grave, bastante heavy». No sabe pronunciar ni la 'tr' ni la 'dr', lo lleva trabajando desde pequeño, pero no consiguió corregirlo: «Es divertido porque me encantan los trenes y me llamo Andrés».

La cita entre ambos comenzó muy bien. Andrés se interesó por la vida de Xavier y él le contó que había estudiado videojuegos y diseño de interiorismo, que no era muy de videojuegos, pero sí de Pokémon y le hizo mucha gracia que fuera un «gay Pokémon». Xavier se fue de erasmus a Milán porque le apasiona el mundo de la moda y le dedica mucho tiempo a elegir sus outfits.

El soltero quiso saber cómo era la relación de Xavier con su familia y él le contó que era bisexual y que algunos de sus abuelos no lo sabían. También le explicó que estaba muy harto de los chicos, que tenía miedo de que viniera alguno con muchísima más pluma que él y que «estaba rezando para que viniera una chica».

Xavier tardó en saber que la gran pasión de Andrés eran los trenes y este aprovechó para contarle su problemilla de pronunciación. Al soltero no le acabó de gustar su afición porque tenía un compañero de piso que era muy pesado con el tema y no quería que le hablara demasiado. Por ello, en el momento de la decisión final, ambos coincidieron en que la cita había sido muy agradable y que como amigos se lo iban a pasar genial.

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