Quién es David Gandy, el modelo más sexy del mundo

David Gandy, el hombre cuyo rostro ha definido la esencia de los perfumes más icónicos de Dolce&Gabbana, puede presumir de ser uno de los modelos más cotizados del mundo de la moda. Nacido el 19 de febrero de 1980 en Billericay, en el condado británico de Essex, Gandy emergió de orígenes humildes para arrasar con su presencia magnética y su porte inconfundible.

Aunque su trayectoria profesional apuntaba a la veterinaria, el destino le había preparado un destino distinto. En 2001, un concurso televisivo marcó su carrera en el modelaje, catapultándolo a la escena internacional. Desde entonces, su ascenso ha sido meteórico, consolidándose como uno de los modelos mejor remunerados del planeta.

El rostro de Gandy se ha convertido en sinónimo de elegancia y sofisticación, siendo el embajador por excelencia de la fragancia 'Light Blue' de Dolce&Gabbana, que ha alcanzado el estatus de mito en el universo de la perfumería. De hecho, la Inteligencia Artificial, según la revista 'Esquire', lo ha proclamado poseedor de la cara más perfecta del universo, un título que corona su imponente presencia en la publicidad global.

Sin embargo, detrás de lo que es el personaje, se encuentra un hombre que valora la esencia de la paciencia y la actitud en la vida. A sus 42 años, Gandy ha construido una familia sólida junto a la abogada Stephanie Mendoros, con quien comparte su mayor deseo, el de ser padre de dos niñas: Matilda, de cuatro años y medio, y Tabitha Elizabeth, de año y medio.

Contrario a la percepción que podría surgir de su aspecto, Gandy no duda en verter una autocrítica hacia su propio cuerpo. «Particularmente, no me gusta mucho mi cuerpo. Soy muy crítico conmigo mismo. De hecho, soy demasiado perfeccionista en todo lo que hago, así que nunca voy a poder ser feliz», declaró en una entrevista.

Esta noche, el modelo visita 'El Hormiguero' por primera vez, para hablar sobre su carrera y su versatilidad más allá de las pasarelas. A pesar de ser uno de los modelos más conocidos, Gandy se mantiene arraigado a sus orígenes y a su amor por la familia, demostrando que la verdadera riqueza se encuentra en los momentos compartidos y en la autenticidad que trasciende la «perfección» que proyecta.

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