Así fue cómo la DEA atrapó a Griselda y la sorpresa que se llevaron: «Yo soy Betty»

La Administración de Control de Drogas (DEA en sus siglas en inglés) estuvo más de diez años detrás de Griselda Blanco, una de las narcotraficantes más importantes de Colombia. Finalmente, el agente Roberto Palombo consiguió dar con ella en febrero de 1985.

En el momento de la detención, se encontraba dentro de un adosado en la localidad de Irvine, en el sur de California. Pese a que Palombo esperaba encontrar resistencia, se encontró con una ama de casa leyendo la Biblia. «Hola, Griselda. Por fin nos conocemos», señaló el policía. «No, mi nombre es Betty», respondió ella.

Sin embargo, sus pertenencias, entre las que se encontraba un pasaporte falso y un revólver de calibre 38, evidenciaban que sí era ella. El agente mencionó en una entrevista en RCN que durante el operativa la actitud de Griselda fue atípica: «Estaba indiferente, sin mostrar ninguna emoción real, pero cuando la metimos en el auto todo cambió. Yo estaba en el asiento trasero con ella, mientras que el otro agente iba al volante. Condujimos hasta Los Ángeles y, cuando nos acercamos al juzgado, la notamos sobresaltada».

Afirmó que también que durante el trayecto le cogió del brazo y le vomitó: «No mucho, principalmente bilis, pero [ella] sabía que su suerte ya estaba echada. Había llegado la hora de conocer a sus denunciantes». Griselda cumplió una condena de 19 años en una cárcel de Estados Unidos y luego fue extraditada a Colombia en 2004, siendo liberada cuatro años más tarde.

En el año 2012, a los 69 años, la conocida como 'Viuda negra' fue asesinada con dos disparos de unos sicarios en moto cuando salió de una carnicería. Justamente, la forma en la que murió fue la práctica que impulsó en Miami durante finales de la década de los 70.

La serie de Netflix recientemente estrenada muestra que Griselda escapa de las amenazas del narco Rafa Salazar junto a tres de sus cuatro hijos y permanecen en un hotel de California. Allí es detenida sin la presencia de sus vástagos, ya fallecidos. Solo Michael Corleone, el menor, permanece actualmente con vida.

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