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CLARA ALFONSO
Valencia
Martes, 1 de noviembre 2022, 01:07
El restaurante de 'First Dates' recibe cada noche la visita de solteros y solteras dispuestos a encontrar a su media naranja. O al menos, a intentarlo. El pasado jueves, Carlos Sobera recibió la visita de Enrique, un hombre que cree en las naranjas enteras, que no bebe alcohol porque «me quita energía» y al que le encanta disfrutar de la naturaleza: «bañarme en pelotas en un río yo solo, es de lo mejor que me puede pasar en la vida».
Enrique aseguró que no tiene ningún prototipo de mujer, aunque sí que tiene cierta predilección por las chicas morenas y de color, por lo que se llevó una grata sorpresa al conocer a Amelia, una joven de República Dominicana que vino a España por su madre.
Para ella, el seco es muy importante en una relación, y asegura que le gustan los hombres españoles aunque «hay algunos que saben que no son buenos en la cama, pero le ponen ganas y lo hacen bien».
Enrique le confesó a su cita que no le había sorprendido que fuera morena, porque él lo había pedido. Sin embargo, él la llamó «mulata» y eso a ella no le hizo ninguna gracia. Amelia se define como «una chica negra, morena», pero no le gusta que la gente se tome la libertad de llamarla «negra» sin saber si a ella le va gustar, así que el comentario le generó mucho rechazo hacia su cita.
La cita de Amelia y Enrique salta por los aires en la primera frase: «Lo de mulata no me ha gustado nada» 😤 #FirstDates27O https://t.co/ZX8vcYxDem
— First Dates (@firstdates_tv) October 28, 2022
De todos modos, la cosa comenzó a destensarse poco a poco. A ella le pareció razonable que Enrique necesitara su espacio estando en pareja, porque a ella no le gusta tener a nadie encima todo el tiempo. De hecho, le contó que su última relación se terminó porque no tenían sexo y porque ella se sentía su criada.
Cuando las gemelas les llevaron la cuenta, Enrique pidió unos minutos más porque no habían podido conocerse mucho y Amelia aprovechó para aclarar que busca a un hombre sexualmente activo: «yo soy de 5 o 6 al día y no me siguen el ritmo». Él se vino muy arriba, convencido de que era ese hombre.
Amelia le dijo que era tradicional en algunos aspectos y le pidió que pagara él la cena, pero en el momento de la decisión final, le dejó claro que no quería volver a verle. Se sintió muy incómoda cuando la llamó mulata y, desde ese momento, perdió todo tipo de interés en él. Enrique trató de justificarse diciéndole que lo había hecho sin mala intención y que igual la tenía que haber llamado «morenita», un comentario con el que lo acabó de fastidiar.
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