Lluvia de zascas en una cita de 'First Dates': «Me he sentido pequeñito»

Las primeras impresiones puede que sean importantes, pero más lo es el feeling que tiene que haber entre dos personas que se acaban de conocer, para poder comenzar una relación sentimental. A veces, no es fácil encontrar a personas 100% compatibles para los comensales de 'First Dates', por lo que hay algunas citas en las que la decepción es difícil de disimular.

Sara llegó a 'First Dates' asegurando ser una mujer muy intensa y nada sencilla: «tiene cosas buenas y cosas malas, soy muy cañera». Carlos, su cita, se definió como un tipo con estilo único: le encanta la ropa oversize y le suele gustar combinar las camisas de manga larga con pantalones cortos. Al verle, Sara tuvo claro que no le gustaba nada su look y no dudó en lanzarle preguntas del estilo: «¿No tienes calor?».

La soltera no pudo evitar pensar constantemente en el look de Carlos y puso muchas ganas en conocerle. Mientras él se mostraba contento al saber que ella estaba trabajando con personas con discapacidad, ella puso caras raras al conocer que él se dedica a limpiar cristales y que no tiene pensado estudiar, de momento.

El soltero también confesó que en un futuro podría estudiar fotografía, a lo que ella le respondió con un «te pega», pero cuando le contó que le encanta visitar museos y exposiciones, a ella le faltó salir corriendo: «ir a un museo es el peor plan que me puedes proponer», dijo ella.

Carlos se animó a preguntarle a su cita si le gustaba la moda, y de repente estaba metido en un callejón sin salida en el que le cayó una lluvia de zascas que le acabó intimidando: «Me he sentido pequeñito». Sara se mostró muy seca en sus contestaciones y le dejó claro que le horrorizaba su ropa y que el pelo largo no le quedaba bien. Él se quedó cortado y reconoció que le estaba intimidando. Esa no era la intención de Sara, así que trató de explicarle que era un poco cerrada de mente y que su outfit le había dejado paralizada.

El soltero quiso saber si a Sara le gustaba viajar y ambos han coincidido en que Roma les había encantado. Ella no paraba de sorprenderse porque había pensado que ese chico no tenía nada que ver con ella y poco a poco estaba descubriendo a un chico muy guay. Respecto al amor, él confesó que no le había ido muy bien y que encontrarlo no era su prioridad porque creía en el destino.

Al final, ambos coincidieron en que la cosa tiene que fluir y que hay que dejarse llevar. Carlos dijo que quería tener una nueva cita porque, aunque ella había sido un poco «seca e intimidante», le había gustado conocerla. Ella, pese a lo que todos esperábamos, le dio un sí por respuesta y ambos se fueron hacia su segunda cita en ese mismo momento. Eso sí, ella fue muy clara sobre la localización: «A un museo no, por favor».

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