Directo La mascletà de hoy, en directo: dispara Pirotecnia Crespo
Nacho Fresneda, en un fotograma de 'El silencio del pantano'. Samantha López

Nacho Fresneda: «Me encanta que la gente se ofenda»

Famoso por su papel en 'El Ministerio del Tiempo', el actor valenciano regresa a la gran pantalla con 'El silencio del pantano', donde da vida al gitano Falconetti

IKER CORTÉS

VALENCIA.

Lunes, 30 de diciembre 2019, 00:20

Nacho Fresneda (Quart de Poblet, 1971) se quedó a vivir en la memoria del público -lo conocía desde hace muchos años- cuando empezó a dar vida a Alonso de Entrerríos en 'El Ministerio del Tiempo'. Abonado al teatro y a la televisión, el valenciano se ha prodigado menos en la gran pantalla. Divertido, directo y con un encantador punto macarra, el actor da vida a Falconetti, un gitano rudo y expeditivo en 'El silencio del pantano', rodada en Valencia y adaptación de la novela de Juanjo Braulio. Ópera prima de Marc Vigil, la cinta es «una película que habla de la bajeza humana» y sigue los pasos de Q, un exitoso escritor de novela negra que parece inspirarse en crímenes reales para dar luz a su obra. ¿O es al revés? La película se estrena el 1 de enero.

Publicidad

-¿Hay que ser algo cabrón para dar vida a alguien así?

-(Ríe) ¿Hay que ser buena persona para ser actor? No. He conocido grandísimos hijos de puta que te los crees, que los ves y son la bondad absoluta. Sí que te digo que yo valoro mucho la calidad humana.

«Somos rápidos, baratos y buenos y corremos peligro de convertirnos en los chinos de lo audiovisual»

-¿Cómo le llegó esta historia?

-Es la primera vez que he tenido acceso a un proyecto desde el principio. Estábamos en esos momentos trabajando en 'El Ministerio del Tiempo' y Marc es una persona a la que admiro y quiero. Es increíble y trabajamos muy bien juntos. Ha sido un viaje de más de dos años muy interesante.

-¿Le ha permitido eso aportar más cosas al guion?

-Sí, claro. Marc quiere actores que trabajen, no que sean máscaras o que vayan al dictado. Lo que pasa es que cuando una cosa está tan bien armadita... Esa aportación se vio más en rodaje. Hay una escena hacia el final de la película para la que realmente no teníamos texto y la hicimos entre todos. Pero, vamos, tu aportas cuando hace falta que aportes... Si te dan un texto de Lope de Vega, pues no aportes mucho, dilo y si la coma está, hazla (ríe).

-¿Cómo se mete uno en la piel de Falconetti, a menudo parco en palabras?

-Pero fíjate en la construcción física y en la manera de hablar. Es muy exagerado. Sí que es verdad que uno intenta darle humanidad. Primero engordando a saco y a lo bruto, o sea yo solo en casa, sin cocinero, aunque tuve la ayuda de un nutricionista. Y entrenando mucho, haciendo muchas pesas y luego pues tirando de mi memoria de la gente que he conocido. Yo soy de un barrio de Valencia muy parecido al Cabañal, he ido al colegio con gente que luego ha acabado siendo Falconetti. Los referentes, más que actores, eran tipos. Era el Pacheco, un tipo del cole que era el más malo del mundo, a mí me daba mucho miedo y me hacía la vida imposible. Y luego tampoco soy un tipo que busque e intelectualice, y más para personajes así. Creo que intento ser muy intuitivo, muy obediente con lo que me pide el director y luego no medir. Como decía el gran Cesáreo, que en paz descanse: «Esto se puede hacer mejor, pero ya tienen que llamar a otro».

Publicidad

-Vamos, que no es lo que se conoce como un actor de método.

-¿Es que eso qué es? Vamos a ver, por supuesto que soy actor de método, de mí método, y por supuesto que he estudiado. A mí me gusta mucho vivir esta historia como un buen bufón, un buen mago. Sí, te digo que he engordado, que me ha costado, pero no te voy a contar el truco, quizá quiero que pienses que lo hago con la punta de... Es que no me interesa hacerme el guay, yo hablo con mi trabajo. Al final tengo la suerte de poder hacer cosas diferentes. A mí no me ha faltado trabajo nunca, siempre he estado en marcha y ahora tengo que estar muy agradecido porque 'El Ministerio del Tiempo' me ha puesto en otro sitio y desde hace cinco años estoy accediendo a otro tipo de curros. Si ya me dejaba la piel en las cabalgatas y en el teatro de calle, imagínate ahora.

-¿Teme que se le critique por dar vida a un gitano?

-Me da absolutamente igual y me encanta que la gente se ofenda, me parece fantástico. Dos problemas tienen, tres si no comen. Ahora todo el mundo se ofende por todo y me parece maravilloso, al menos que vayan al cine y que se ofendan. No lo había pensado, pero es que si hablamos de eso, vale, es gitano, pero es un tío de barrio e igual soy yo más de barrio que muchos. ¿Qué pasa que no puedo hacer de un político corrupto con estudios? ¿Eso también es apropiación cultural? Porque yo solo tengo hasta la Selectividad. Entonces qué mierda es esto. Es que al bufón el rey no le mataba y eso que le decía todos los defectos que tenía. Nosotros somos putos bufones. Que no cambia el mundo, que nadie se ha muerto porque hagamos una mala película, que si quieres la ves y si no quieres no.

Publicidad

-¿Ha notado el incremento de trabajo con las plataformas digitales?

-Sí, es obvio. Series como 'Vis a vis', 'El Ministerio del Tiempo' o 'La casa de papel' han hecho que hayamos entrado en otra etapa. Hay muchos mas castings, las plataformas generan más trabajo, la gente joven tiene más posibilidades. El público cada vez es más exigente. Ahora, ¿nos conformamos con esto o vemos el peligro? Yo veo el peligro en una frase robada a un amigo y es que podemos convertirnos en los chinos de lo audiovisual mundial. Somos tan rápidos, tan baratos y todo lo hacemos tan bien que podemos convertirnos en ello. Y diría que las condiciones de los trabajadores chinos no son las ideales.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad