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REDACCIÓN
Martes, 13 de abril 2021, 18:01
No es tan sencillo como lo vemos en la televisión. Miramos el programa y vemos cómo los concursantes responden, audaces y seguros, a las preguntas de Roberto Leal en 'Pasapalabra' y parece mucho menos complicado de lo que es. Pero la realidad es que esas respuestas no les salen solas y conocer los términos necesarios para pasar las pruebas del famoso programa supone un gran tiempo de esfuerzo y dedicación.
Y es que, a pesar de lo que muchos puedan pensar, participar en 'Pasapalabra' implica tener que pasar horas y horas estudiando. Nadie mejor que los propios concursantes para dar fe de ello, y eso es precisamente lo que ha hecho el último jugador estrella del programa, Pablo Díaz. Con sólo 24 años, el canario ya ha cumplido más de 200 emisiones en el concurso, una racha que no se reduce a una cuestión de suerte.
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El tinerfeño confesó en una entrevista a Antena 3 que tenía claro por qué quería ir a 'Pasapalabra' antes que a otros formatos, aunque también se confiesa fan de 'Saber y ganar: «Lo veía con mi abuela Conchita desde que era pequeñito», aseguró. Pablo sabía que no era un reto fácil y ya fue preparado a su primera vez en el concurso, en el que estaba seguro que podía llegar a aguantar varios programas.
Probablemente nunca se imaginó que fuesen tantos, pero al parecer su particular y efectivo método de estudio funciona a la perfección para lograr su objetivo. Eso sí, el concursante no dudó en cofesar que los nervios siguen estando presentes y que la presencia de las cámaras al principio era complicada de ignorar, aunque acepta que conforme fue grabando un programa tras otro la presencia de los objetivos se le hacía algo «muy natural».
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El concursante comienza su jornada de estudio encerrado en su habitación, en la que no faltan mapas ni libros, con especial importancia a los de la RAE. Y lo más importante: horas y horas. Pablo confiesa que hay días que llega a dedicar hasta 8 horas al estudio de palabras para el programa, el equivalente a una jornada laboral.
Para él es importante estar atento en todo momento a cualquier palabra nueva que pueda escuchar o leer en el día a día, que no duda en apuntarse de inmediato en su teléfono para después repasarlas. Después busca «en Wikipedia o Google» nuevos términos que estudiar. La cosa no acaba ahí y además del tiempo de estudio en su habitación le gusta aprovechar los ratos en los que va «caminando por el barrio» para seguir profundizando los conocimientos que puedan acercarle el gran bote.
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