REDACCIÓN
VALENCIA
Martes, 19 de abril 2022, 17:04
Se llama Patricia tiene 32 años, es natural de Barcelona y se ha convertido en una de las 16 concursantes de Masterchef 10. Esta mujer, que se define como «vampiresa» y que adora la cultura coreana, ha llegado para revolucionar el talent de cocina de RTVE. Patricia, según explica quería entrar en 'MasterChef' para evolucionar y conocer nuevas técnicas. Hoy trabaja de administrativa, pero quiere dedicarse al mundo de la cocina desde pequeña.
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Sueña con vivir en Corea del Sur y poder montar un restaurante de comida española allí. Le flipa el kimchi y Según confiesa, tiene una personalidad arrolladora y le encantó ver a Tamara Falcó en 'MasterChef Celebrity'.
En el primer programa le tocó cocinar con sangre en la prueba de eliminación y sacó a relucir algo que pocos conocían hasta ese momento. «Mira que yo soy vampiresa, pero casi que prefiero los ajos», decía Patricia al ver el reto que tenían los jueces preparado. «Siempre me ha gustado todo eso de los vampiros, Drácula, Vlad el Empalador… Mis amigos me llamaban vampiresa y la sangre tendría que dominarla. Pero, en este caso prefiero que me pongan unos ajos porque me gustan como huelen crudos y fritos».
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Patricia es una fan absoluta de Corea y todo lo que rodea a esta cultura. La aspirante lo confesó nada más pisar las cocinas para enfrentarse al último casting. «Yo hoy me he venido con mi kit de supervivencia porque no quería salir con un mosquito, con una legaña…», comentaba dándose el último retoque de maquillaje antes de conocer a los jueces. «Tengo otro sueño también, montar un restaurante en Corea del Sur. Me gustan los platos coreanos y los chicos también porque son más elegantes, más pulcros, no mean fueran del váter, cocinan súper bien y los mitos asiáticos son mentira», decía Patricia sin saber aún que ganaría uno de los delantales blancos. «También he estado con chicos chinos, con un vietnamita italiano, con uno de Taiwán, con un japonés… Aunque, no me gustan porque tienen los ojos muy redondos. Lo siento japoneses», continuaba Patricia sin cortarse.
El plato que le abrió las puertas de las cocinas a Patricia recibió el nombre de «Nubes de mar» y lo define como un híbrido entre buñuelo y albóndiga de rape con carabinero. Todo un éxito. «¿Y kimchi no lleva?», le pregunta Pepe Rodríguez asombrado. «No, me gusta la cocina asiática pero no la domino», respondió Patricia sincera.
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