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J. Moreno
Lunes, 6 de marzo 2023, 00:15
La historia de un amor prohibido rompe la rectitud de Mauro, una persona obediente y discreta sin más aspiraciones que su trabajo rutinario. Sin embargo, una mujer revoluciona los sentimientos de un hombre conformista e introvertido. Así es el personaje que interpreta el actor Antonio ... Velázquez (Granada, 41 años) en 'La Promesa', la exitosa ficción vespertina que emite La 1 de TVE (de lunes a viernes a las 16:30 horas y este jueves, capítulo especial a las 22:00) ambientada en el año 1913 y que cuenta la historia de Jana (Ana Garcés), una mujer que comienza a trabajar en el palacio para vengar el asesinato de su madre y conocer la identidad de su hermano robado. Velázquez vuelve a la pequeña pantalla después de 'Madres. Amor y Vida', una ficción de Prime Video y Mediaset, y de haber formado parte del reparto de '30 monedas' (HBO Max), dirigida por el cineasta Álex de la Iglesia.
-¿Qué tiene 'La Promesa' que engancha?
-Es una serie con el sello de Bambú Producciones, y eso ya es una garantía. Esta ficción mete en una coctelera lo mejor de 'Downton Abbey', con todos los respetos. Tiene intriga, amor y todos los personajes esconden cosas. Aunque sea de época, también aborda valores que están a la orden del día. Eso en un guion es un acierto siempre, porque la gente no solo ve una producción que es bonita, sino que también ve reflejados los problemas cotidianos. Al final, una serie diaria te acompaña en tu día a día y todo el mundo tenemos problemas, como enfermedades o no poder llegar a fin de mes.
-¿Cómo describiría a Mauro, su personaje?
-Es el primer lacayo de 'La Promesa'. Es un hombre recto. Toda su vida es el servicio. Si algo falla en 'La Promesa', recaerían los motivos del error en Mauro. No solamente hace que todo esté bien y funcione, sino que también se encarga desde limpiar los zapatos hasta vestir al señor. Está programado como un robot. En su mundo no entran los sentimientos, hasta que ocurre algo que le hace tambalear todos sus sentimientos. Mauro es un personaje romántico.
-¿Es un amor prohibido?
-Totalmente. A raíz de ahí, es un amor prohibido. Si se enteran los marqueses, acabarían con Mauro. Es uno de estos amores que no puedes controlar. Sabes que está mal, pero quien tira de la cuerda es la otra persona y él se deja arrastrar. Cuando está metido en la diana, ahora se pregunta cómo sale de ella. Todo lo que defiende, y esa rectitud, lo pierde.
-¿Cómo lleva lo de trabajar en su primera seria diaria?
-Estuve hace mucho tiempo en 'Arrayán' (Canal Sur), pero no tenía el volumen de trabajo que tengo en 'La Promesa'. Es verdad que en las series diarias hay un protagonista absoluto, por el que pasa el hilo conductor de la ficción, pero luego hay muchas subtramas, porque a nivel de producción si no sería inviable. A mí me ha costado adaptarme por el ritmo de producción. Hay un volumen de estudios de guiones bastante heavy.
-Esta ficción parece más de 'prime time' por su calidad.
-Como no he estado anteriormente en una serie diaria no puedo comparar. No sé cómo se hacen. Yo afronto el trabajo, pero he cambiado la forma de estudiar y memorizar. Es diferente. No es lo mismo trabajar con Álex de la Iglesia en '30 monedas', que lleva con un guion desde hace dos años y no se cambia ni una coma. Tu trabajo es adaptar ese guion diario y te puedes permitir más flexibilidad con el texto.
-¿Cómo ha sido el reencuentro con María Castro?
-Llevo unas cuantas series coincidiendo con ella. La primera 'SMS' (La Sexta) y después llegaron 'Sin tetas no hay paraíso' y 'Tierra de lobos' (Telecinco). En 'La Promesa' tenemos bastantes tramas juntos. Cuando coincides con compañeros que ya conoces, como también me pasó con Joaquín Climent, es maravilloso. Él me dijo, por cierto, que la mejor secuencia que grabó en su vida como actor fue conmigo. Cuando trabajas con gente que conoces es como jugar en casa. Es muy guay.
-Ahora que están de moda los reencuentros en series pasadas, ¿le gustaría hacer alguno con alguna de las ficciones en las que ha trabajado?
-Lo tendría claro, lo haría con 'Tierra de lobos'. Quizás porque marcó una época en mi generación. Quedó tan raro el final y no sé qué pasó con esa serie que se paró y la dejaron un poco en el aire con una buena audiencia. Si dicen de volver, me encantaría formar parte del proyecto. O 'Sin Tetas' también podría continuar y contar otra historia.
-Hicieron una buena piña entre los compañeros de 'Tierra de lobos'...
-Seguimos viéndonos y tenemos un chat de 'reencuentros lobos'. Nos llevamos todos súper bien. Es difícil que en un elenco tan grande como era el de 'Tierra de lobos' todo el mundo se lleve bien. Son estas cosas que quedan para los restos.
-¿Cree que el auge de las plataformas ha servido para dar más variedad a la ficción española?
-Las plataformas nos han dado visibilidad en el extranjero. Pero también creo que se ha perdido ese consumo de unir a la familiar una noche a la semana para ver una serie. Y luego ese espectador voraz, que se ventila una producción que cuesta ocho millones de euros, que un guionista tarde seis meses en escribirla, en un fin de semana. Y quiere más. No sé si eso es viable. Las plataformas parece que están cambiando las estrategias de los lanzamientos de los capítulos.
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