Risto Mejide es uno de los presentadores más controvertidos de la televisión. Como se suele decir, o lo odias o lo amas. Este publicista catalán se dio a conocer en la pequeña pantalla con su papel de jurado. Primero en 'El invento del siglo' en Antena 3 y, más tarde, en la quinta edición de 'Operación Triunfo'. Después le siguieron otros programas de éxito, pero en 2014 le llegó su primera oportunidad como presentador y entrevistador. Durante dos temporadas lideró el programa de entrevistas de Cuatro, 'Viajando con Chester'. En 2019 fichó como presentador principal de 'Todo es mentira', también en la cadena Cuatro, con horario de 15:45 a 17:30 de lunes a viernes.
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Recientemente, el exmarido de Laura Escanes presenta 'Demos: el gran sondeo'. En ste espacio de Telecinco, Risto plantea cuestiones de interés social a una grada de 295 personas anónimas para recoger resultados porcentuales y así conocer el sentir de la sociedad. En la última emisión, uno de los problemas a tratar fue la salud mental. Este asunto preocupa cada vez más en nuestra sociedad. Especialmente entre los jóvenes, que parecen muy concienciados con el asunto.
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En medio del debate que se estaba generando en plató, Risto alzó la voz para contar su historia más personal y desconocida hasta la fecha. Todo comenzó cuando una asistente solicitaba a 'Demos' que sirviese de plataforma para hacer un llamamiento a los gobiernos nacionales y autonómico para que invirtiesen tanto en sanidad como en educación para solventar el problema de la salud mental. «El futuro de este país está sufriendo en solitario y en silencio unos problemas terroríficos a los que nadie les puede dar voz», decía la mujer.
«Fíjate, cuando yo era pequeño, los problemas del colegio... Yo sufrí 'bullying', como muchísimos», afirmaba entonces Risto Mejide. «No se llamaba 'bullying' entonces, esa es otra, eran cosas de niños», añadía el presentador poniéndose especial énfasis en cómo ha cambiado todo.
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«Afortunadamente, ahora no solo tiene una etiqueta, sino además una serie de protocolos, incluso en los colegios», señalaba Risto. «Pero eran problemas que se ceñían a las horas que estabas en el colegio, luego te ibas a tu casa y no te llevabas esos problemas, hora con las redes sociales son las 24 horas», zanjaba.
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