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REDACCIÓN
Lunes, 29 de marzo 2021, 08:49
Telecinco ha emitido este domingo dos nuevos episodios de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'. En esta ocasión, la docuserie se ha centrado, entre otros temas, en el matrimonio entre Rocío Carrasco y Antonio David Flores, y los presuntos malos tratos sufridos por ella.
La hija de Rocío Jurado ha vuelto a compartir con la audiencia desgarradores testimonios, como que su exmarido estuvo a punto de arrojarla por la ventana de su vivienda mientras que ella se encontraba embarazada de su segundo hijo, David Flores.
Sucede en Chipiona, después de que Antonio David y Rocío Carrasco vuelvan a discutir por la presencia de Sonsoles, la supuesta amante de él, en sus vidas. Algo a lo que él siempre respondía, según el testimonio de la hija de 'la más grande', increpándola: «Tú estás loca, estás enferma, tú vas a malparir a mi hijo». Unas palabras que si bien nunca llegó a creerse, sí llegaron a hacerle dudar, «dudar sobre mi verdad», ha dicho.
Todo ocurrió, según se desprende del documental, una noche en la que Antonio David aún no había llegado a casa. Rocío cuenta que pasó la noche entera llorando y que cuando él llegó ella le llamó «sinvergüenza». Es en ese momento, según ha desvelado la hija de Rocío Jurado, cuando «me cogió en volandas del camisón, tenía un ventanal muy grande y a la izquierda una ventana. Me agarró del camisón y me sacó medio cuerpo por la ventana. La barriga me daba en el borde de la ventana. Me giré la cabeza y le dije 'procura que cuando llegue abajo me haya matao'. Él tomó conciencia de lo que estaba haciendo y soltó rápidamente«.
Durante años, Antonio David ha negado que este episodio ocurriera ya que en esa ventana, aseguraba, había unas rejas (por este hecho, además, la pareja se ha visto la cara en los juzgados). «Él dice que eso no fue real. Esas rejas se ponen en el año 2012. Y la prueba es esta, es un certificado de la persona que pone esa reja», señala Carrasco en el documental aportando dicha prueba.
Por último, Rocío cuenta que en esa casa había más gente pero añade que en la parte en la que vivían solo estaban ellos, la casa era grande y «aunque hubiera gritado mucho nadie se hubiera enterado».
Después de aquello, le sigue un embarazo con dificultades y le hacen guardar reposo, momentos en los que no sabe dónde está su marido o qué hace, un parto y el ingreso urgente de su hijo tras el nacimiento por complicaciones en la salud del pequeño.
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