LAS PROVINCIAS
Martes, 5 de mayo 2020, 12:13
Una perdiz muerta, sin desplumar y sobre una base de puré. Esa fue la propuesta de Saray, concursante de la octava edición de 'MasterChef', que culminó con su expulsión fulminante y el enfado del jurado y de los concursantes del programa culinario.
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Saray comenzó la noche de la peor manera posible. En la primera prueba, los aspirantes debían elaborar en noventa minutos un postre que les recordara a su infancia. La concursante empleó menos de una hora en crear su receta; el resto del tiempo lo gastó enfrentándose al jurado. El resultado no era digno de una cuarta entrega del concurso: unas galletas y un batido. Esto, unido a su actitud, hizo que Jordi Cruz le entregara directamente el delantal negro, lo que se traduce en un pase directo a la prueba de expulsión. En ese momento, la cordobesa perdió los papeles: «El aura podrida la tienen todos... Ya pueden tener mil millones de estrellas Michelines... Tienen la negra», sentenció, aunque posteriormente, en la prueba de exteriores, pidió perdon.
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Unas disculpas que, tal y como terminó la velada, parece que tuvieron poco valor y no iban cargadas de mucha sinceridad. En la prueba de expulsión, Saray, junto con el resto de compañeros con delantal negro, debía cocinar un plato con unos ingredientes sorpresa en un tiempo de veinte minutos.
A Saray le tocó una perdiz sin desplumar. Nada más verla, se negó a cocinarla y retó, de nuevo, al jurado. Colocó el pájaro muerto con una salsa cubriéndolo por encima, unos tomates y una base de puré. Pepe Rodríguez le advirtió en los fogones: «Si presentas eso es una falta de respeto», a lo que ella le contestó: «Mi aventura aquí se ha acabado».
Así, la cordobesa presentó a los tres miembros del jurado su propuesta, a la que bautizó como 'Pájaro muerto en lo alto de un plato'. Tanto el jurado como sus compañeros en la galería no daban crédito al empaltado de la concursante.
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El enfado de Jordi Cruz era más que evidente: «Que me faltes el respeto a mí, a tus compañeros, al programa y a los 28.000 candidatos a entrar en el programa, evidentemente, no se puede hacer». «Entiendo que no quieras cocinar, que te rindas, pero lo que has hecho a este producto no tiene justificación».
Saray intentó, tras el veredito de Jordi, justificarse, pero el chef se lo impidió: «No he acabado de hablar, ni se te ocurra abrir la boca, porque no tienes nada que decir, absolutamente nada. Porque nos hemos equivocado terriblemente contigo», se lamentaba. «Es la vez que más nos hemos equivocado a la hora de dejar entrar a alguien en los ocho años de programa».
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Pepe Rodríguez le recordó que le había advertido de que no presentara ese plato: «Vienes aquí con la gracia a hacer esta idiotez. Que necesidad». Por su parte, Samantha Vallejo-Nájera le preguntó: «¿Tienes algo que decir?».
Aunque sin mucho éxito, la concursante trató de explicarse: «Desde que me habéis dado el delantal negro me bloqueé, me sentí mal, no quería seguir en este programa». Unas palabras que no consiguieron disminuir la rabia y decepción del jurado y, en concreto, de Jordi Cruz, que la expulsó automáticamente: «Te agradecería que te quitaras este delantal que no te mereces y cruces esa puerta ahora».
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Nada preocupada, Saray abandó el plató de MasterChef con un: «Bye, bye». Durante la emisión del concurso, el programa y la figura de Saray se convirtieron en trending topic mundial.
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