Un soltero de 'First Dates' quiere salir corriendo al ver a su cita: «Tierra, trágame»

Por el programa de Carlos Sobera, 'First Dates', pasan solteros con gustos y aficiones de lo más variadas. Después de seis años de emisión, los comensales del restaurante no dejan de sorprender al público y al equipo del programa de Cuatro.

Saray fue muy clara en su presentación: «Me gusta llamar la atención, marcar la diferencia». La soltera lleva varios años rapada y está acostumbrada a que la gente le juzgue por su aspecto. En el amor no ha tenido mucha suerte, tuvo una relación seria de un año, pero resultó ser muy tóxica. Se considera una persona celosa «por naturaleza, lo mío es mío, pero si se deja tocar, te lo regalo».

Kevin, su cita, tiene un certificado de moda y le encanta subir contenido. Llegó muy contento al restaurante, pero al ver a Saray, no pudo evitar soltar un «¡Tierra, trágame! Estoy deseando irme». Ella también sintió que no era su tipo, así que se hizo el silencio.

El soltero intentó romper el hielo preguntándole de dónde era, pero solo por educación. Ya sentados en la mesa, Saray quiso saber si le gustaba la fiesta y Kevin le ha explicó que no demasiado. Sin embargo, ella reconoce que se va de casa el viernes y vuelve el domingo.

Kevin no es mucho de salir y cuando escuchó que a ella le gusta el hardcore, tuvo claro que no había forma de que surgiera algo entre ellos. A él no le gusta ese género ni la gente que se mueve por ese ambiente. Además, Saray le dijo que no estaba hecha para comer en restaurantes, algo que a él le encanta. De hecho, confesó que, en lugar de usar la servilleta, se limpia con la mano porque es «muy basta».

Kevin, que trató de explicarle a su cita a qué se dedicaba, le contó que le llaman 'Prince'. Por su parte, Saray reconoció ser «una choni con orgullo» en Instagram. A la joven no le gusta ser igual que las demás, le gusta destacar y ha sufrido bullying durante muchos años por ser de fuera y ser choni. Kevin, intentó mostrarse comprensivo, pero «a mí las chonis no me gustan nada, un cero por ciento».

En el momento de pagar la cena, el soltero presumió de ser un caballero, pero de los que no invitan. Algo que le pareció estupendo a Saray, ya que ella no busca un «pagafantas ni a un sugar daddy». Ella nunca usa monedero «me lo guardo todo en las tetas» y así sabe que no le van a robar, porque «pobre del que me meta mano en las tetas».

En la decisión final, ambos tuvieron claro que lo suyo no tenía futuro. A él no le gusta ni su físico ni su rollo, y ella está buscando «un cani del 2010, con su alfa, rapado…».

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