Un soltero de 'First Dates' eructa y se niega a tomar postre: «Luego me tiro muchos pedos»

Por el programa de Carlos Sobera, 'First Dates', pasan solteros con gustos y aficiones de lo más variadas. Después de seis años de emisión, los comensales del restaurante no dejan de sorprender al público y al equipo del programa de Cuatro.

El programa de este lunes estuvo protagonizado por la visita de Beatriz, una mujer con ansiedad diagnosticada que está aprendido a valorarse y a elevar su autoestima. Tal y como le explicó a Elsa Anka, lleva varios años inmersa en el tema de la anarquía relacional e intenta establecer relaciones monógamas con cada persona en la que ambas partes estén cómodas.

Pablo, su cita, contó que busca una amor libre y una relación de poligamia. Al verse por primera vez, ella pensó que no era su tipo físicamente, pero sí que le gustó su energía. Él, por su parte, se olvidó de las gafas y vio a su cita «borrosa», pero simpática.

Al pedir la cena, Pablo le explicó a Beatriz que no podía tomar postre porque era intolerante a la leche y no dudó en dar detalles: «Luego me tiro muchos pedos». A Beatriz le pareció que ese comentario no era apropiado para los 5 primeros minutos de una primera cita, pero también consiguió hacerle reír y para ella eso es muy importante.

Los jóvenes se pusieron a cenar en silencio y él le dijo que había leído a «un nutricionismo» que decía que comer solo proteínas en la comida hacía que estuvieras más contento. Algo que a ella le gustó saber porque le gusta escuchar datos absurdos que no aportan nada.

Beatriz quiso saber cómo eran las relaciones de Daniel y se quedó tranquila al saber que desde los 30 apostaba por el amor libre tanto en relaciones monógamos como abiertas. Ella le explicó que se mueve por vínculos, que su vinculo sexo afectivo se acababa de romper y que tenía varias solo afectivos.

Daniel no quiso hablar mucho para no hacer reír a Beatriz mientras cenaba: «Soy muy guasón». Ella entendió que eso era falso y él le dijo que todo lo contrario y que era «míster natural». De hecho, mientras se reían, al soltero se le escapó un eructo y le dijo que no había sido nada, que suerte que no había tomado leche.

La joven no paró de reírse en toda la cita y le gustó mucho la naturalidad de su cita. Sin embargo, en el momento de la decisión final le reprochó que no le hubiera dejado casi hablar. Daniel sintió que algo había fallado porque él solía ser muy callado y culpó a los nervios de la primera cita de su verborrea.

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