La respuesta de Jenni Hermoso cuando Rubiales quiso calmarla en el vestuario: «Sabes que te va a caer»

Telecinco modificó este lunes 9 de octubre su programación, suprimiendo 'Gran Hermano VIP' Y 'La que se avecina' para dar paso a una gran exclusiva en 'Código 10'. Nada más comenzar el programa, los presentadores Nacho Abad y David Aleman anunciaban que los espectadores iban a poder escuchar por primera vez a Jenni Hermoso, después de la polémica del beso que le dio Luis Rubiales.

La cadena ha accedido a la declaración de la futbolista en su denuncia contra el expresidente de la RFEF. «Estábamos en la ceremonia de la final. Abrazo a Rubiales y le digo 'la que hemos liado'. Él pega un brinco sobre mí y me dice 'este Mundial lo hemos ganado gracias a ti'. Lo siguiente fue sus manos en mi cabeza. No escuché nada más y me vi con el beso en la boca», señala Hermoso.

«No tuve capacidad de reacción porque no me lo esperaba. En ningún momento busqué nada para que llevara a cabo ese acto. Al bajar a la tarima se lo comenté a Alexia Putellas e Irene Paredes. En ese momento estaba en shock por el hecho histórico que habíamos conseguido. No tuvo tiempo de reaccionar. Les dije a Alexia e Irene 'oye que me acaba de dar un beso en la boca Rubiales'», continúa la jugadora.

Preguntada por la fiscal acerca de si hubo consentimiento en el beso, Jenni fue tajante: «No. Me sentí no respetada, ni como jugadora ni como persona. Me estaban sometiendo a algo que en ningún momento busqué».

La campeona del mundo explicó también qué ocurrió una vez terminó la entrega de trofeos: «Mi sensación en ese momento era que no podía robar protagonismo de ningún tipo a un hecho histórico. Pensaba que no merecía la pena actuar de otra forma por mis compañeras. El ambiente en el vestuario era enloquecido».

Hermoso admite que «hizo de tripas corazón» pero que «estaba claro lo que había pasado» aunque «no había visto las imágenes». De igual modo, explicó cómo fue la primera vez en la que comentaron el beso con miembros de la federación: «Estoy en el vestuario y entra Ana Alvárez, directora deportiva de la selección, y me dice que me llama el presidente. Me dice 'Ye Jenni se está hablando mucho del beso'. Le dije que sabía cómo ha sido y no ha estado bien y 'sabes que te va a caer'».

Posteriormente, Jenni explicó que Rubiales le pidió entrar en el vestuario: «Yo creo que él ahí era consciente de lo que estaba pasando. Desvió el tema con el viaje a Ibiza pagado. Ahí estaba un poco nervioso y me tenía agarrada del hombro. La gente empezó a gritar cuando dijo del viaje a Ibiza». Hermoso apuntó también que antes del beso su relación era normal con Rubiales, de jugadora a presidente.

Hermoso también cuenta lo sucedido en el autobús de la selección. «Me dicen que tengo que bajar y me enseñaron un escrito que yo no puse ni una palabra. 'Tenemos que poner esto porque se está liando mucho y hay que quitarle hierro al asunto'. Les dije que hicieran lo que quisieran. Me estaba sintiendo obligada a hacerlo».

Hermoso relata también cómo Rubiales intentó convencerla de nuevo en el vuelo de vuelta: «Ya estamos en el avión, nosotros estábamos en bussiness y ellos estaban reunidos delante. Vimos que algo no les estaba yendo bien. Rubiales me dijo 'la que se está formando, me tienes que ayudar, tienes que salir conmigo en un vídeo porque me están llamando acosador, violador'. Le dije que le había advertido que se iba a liar y respondí que no. Me sentí muy incómoda. Me empezó a decir que era muy buena persona y yo también, y que si ayudaba a una buena persona...»

Pero Jenni se mantuvo firme pese a la insistencia: «Intentó mandar a alguien para que hablara con mi hermano y me negué. Yo tampoco quería salir en el vídeo porque el quería que le solucionara un acto que él provocó. Una compañera me advirtió de que estuviera atenta porque Jorge Vilda estaba buscando a mi familia para hablar con ellos».

Su compañera Misa le advirtió que su entrenador ya estaba hablando con su hermano, su prima y el novio de esta última: «Les decían que había sido muy importante en el Mundial y que me intentaran convencer de que tenía que hablar. Mi hermano me dejó caer que le habían transmitido que de que si ayudaba me iba a ir bien».

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