Una teta gigante y un vestido homenaje al caldo que tienen las madres en la nevera

Rigoberta Bandini ha sido una de las grandes protagonistas del festival. El jueves sacó en la semifinal una teta gigante al escenario que el sábado volvió a salir durante la parte final de su canción. Un top less en sentido figurado que ha revolucionado las redes sociales. Un controvertido elemento en pleno siglo XXI, donde hasta la más famosa de las redes sociales, Instagram, aún censura la figura del pecho femenino. «Para mí esa simbología era importante», reconocía la cantante estos días. «Como no se pueden enseñar los pechos en ningún lugar, como esto es una escultura, no te pueden decir nada», explicó. «Es un elemento más para emocionar». Y esa escultura, similar a un monumento fallero, ha salido de las manos de Marina Salazar (@noquedatinte) una diseñadora catalana conocida de la cantante, según explicó ella misma el viernes. La ejecución del proyecto no ha salido de ningún taller valenciano, sino que ha corrido a cargo del equipo de atrezzo de la radiotelevisión pública, como confirmaron en TVE, a raíz de unos bocetos de la diseñadora.

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La actuación de Bandini no sólo estaba cargada de simbolismo en lo que a la teta se refiere. La artista, que durante una estrofa de la canción se cuestiona «por qué dan tanto miedo nuestras tetas, sin ellas no habría humanidad ni habría belleza», utilizó también otras estrofas del tema para incluir en su vestuario. En el vestido blanco que utiliza para el número se puede ver la hechicera del tarot que utiliza como imagen de la carátula de 'Ay Mamá', el nombre de su hijo, que aparece en una manga, y el nombre de una conocida marca de caldos, porque las madres «siempre tienen caldo en la nevera», como dice la letra.