La sociedad valenciana despide a Santiago Grisolía, el investigador que acercó la ciencia a la sociedad

El Palau de la Generalitat minutos antes de las 10,30 horas ha empezado a recibir autoridades de la ciudad y de la Comunitat Valenciana. Era la hora señalada para que el féretro del profesor Santiago Grisolía, fallecido el jueves 4 de agosto en Valencia a los 99 años de edad, llegara al Salón Dorado. Junto a la puerta de la sede del Consell, custodiada por la policía, había dos coronas de flores: una de la familia, otra del Consell Valencià de Cultura. En torno a esa misma puerta se ha formado una cola de ciudadanos que querían despedir al ilustre científico valenciano, deseaban agradecerle su contribución a la sociedad.

Han recibido el féretro el hijo menor de Santiago Grisolía, William, junto al presidente de la Generalitat, Ximo Puig; Jesús Huguet, secretario del Consell Valencià de Cultura; el presidente de Les Corts, Enric Morera; el alcalde en funciones de Valencia, Carlos Galiana; el presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA), vicepresidente de la Fundación Premios Rei Jaume I y presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda; el presidente ejecutivo de la Fundación Premios Rei Jaume I, Javier Quesada.

Los restos mortales del científico han pasado al Salón Dorado, mientras en el patio gótico –rodeado de flores–, se proyectaban imágenes de Grisolía en una pantalla y se escucharon versos de Francisco Brines. El poeta Vicente Pons leyó 'Palabras para una despedida', obra del Cervantes español. Le acompañó a la guitarra Miguel Pérez con la interpretación de 'Canción Árabe'.

El hijo del bioquímico Grisolía en declaraciones a los medios de comunicación ha recordado que su padre era «muy valenciano, así que venir al Palau de la Generalitat por última vez tiene mucho sentido». Y allí, en el interior del Palau de la Generalitat se ha celebrado el homenaje de las instituciones valencianas al que se sumaron quienes guardaban cola en el acceso al histórico edificio.

Profesores universitarios, discípulos de Santiago Grisolía, representantes del mundo de la cultura, del ámbito empresarial y ciudadanos anónimos también han querido dar testimonio de reconocimiento a la figura del científico valenciano. No ha importado el calor. Todos querían despedirse del profesor, título con el que se le conocía entre los valencianos, y dejar su mensaje escrito en los libros de condolencias.

El féretro, sobre el que se ha depositado el sombrero tan característico en el estilo de vestir del finado, presidía el salón dorado. Junto al mismo, la pluma estilográfica con la que escribía el impulsor de los premios científicos Rei Jaume I y presidente del Consell Valencià de Cultura. También estaba la medalla acreditativa de su premio Jaume I.

«Hombre de concordia», «impulsor de la democratización del sentido de la ciencia», «excepcional». Son sólo algunos ejemplos de las expresiones con las que quienes se han acercado al Palau de la Generalitat han definido la trayectoria y la personalidad de quien en 1990 fue reconocido con el prestigioso premio Príncipe de Asturias. Entre los ciudadanos que han acudido a la capilla ardiente se encontraba Dolores Sánchez, una valenciana miembro de la Asociación de Retinosis Pigmentaria. Quiso dar las gracias al científico, que fue quien «impulsó la investigación sobre este tema en el ámbito nacional e internacional».

A esas palabras se sumaban las de María José Lázaro, técnico de laboratorio que trabajó con el profesor en el Centro de Investigaciones Citológicas, para destacar que con el regreso de Santiago Grisolía a Valencia «llegó mucha innovación. Con él, el centro llegó a ser referente de excelencia internacional».

«Era un hombre muy agradable. siempre escuchaba y estaba dispuesto a oir opiniones de gente más joven», apunta la directora del departamento de Medicina y Cirugía de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Ante el féretro han pasado también discípulos suyos como los investigadores Consuelo Guerri y Vicente Rubio, quienes coincidieron en destacar la condición de «excepcional» del científico, además de hacer hincapié en la labor de acercamiento de la ciencia a la sociedad que él protagonizó. Rubio ha hablado de él como «un luchador por la ciencia, que la ha puesto en el entramado social». Francisco Tomás, exrector de la Universitat de València, de «su calidad de gran científico y como valenciano. En la última etapa de su vida su esfuerzo se ha producido en nuestra ciudad, a la que ha puesto en el mapa».

También Francisco Mora, anterior rector de la Universitat Politècnica de València, ha manifestado su «respeto» hacia alguien «que se ha preocupado y ocupado mucho por la ciencia sobre todo por la ciencia en beneficio de la sociedad. Deja un legado muy importante».

María Ángeles Fayos, de Olympia Metropolitana ha destacado que fue «un referente para la ciudad tanto en el ámbito intelectual y cultural», a lo que añadió que tuvo «relación personal con él cuando nos concedieron la medalla del Consell Valencià de Cultura (CVC) . Le tenía mucho cariño».

El coronel García Ramírez, en representación del Teniente General jefe del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, también ha pasado por la capilla ardiente para expresar «nuestras condolencias y sentir por la pérdida del bioquímico, que estuvo relacionado con las Fuerzas Armadas. Era una persona muy querida».

El torero valenciano Enrique Ponce ha remitido una nota en la que trasladaba su «más sentido pésame a familiares, amigos, a la Comunitat Valenciana y a todos los aficionados a la fiesta» y destacó que «con su grandeza nos honró a todos».

Al homenaje de los valencianos han acudido también las conselleras de Cultura, Raquel Tamarit; de Participación, Rosa Pérez Garijo; de Justicia, Gabriela Bravo, así como la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé; el exconseller de Cultura, Vicent Marzà; el presidente del PPCV y de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón; la diputada del PSPV, Ana Barceló; el presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de la Comunitat y de Cámara Valencia, José Vicente Morata, y el portavoz municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Fernando Giner.

El féretro, sobre el que se ha depositado el sombrero tan característico del finado, presidía el salón dorado. Junto al mismo la pluma estilográfica con la que escribía el impusor de los premios científicos Rei Jaume I y presidente del Consell Valencià de Cultura, y la medalla acreditativa de su premio Jaume I.

«Hombre de concordia», «impulsor de la democratización del sentido de la ciencia», «excepcional». Son sólo algunos ejemplos de las expresiones con las que quienes han querido acercarse al Palau de la Generalitat han definido la trayectoria y la personalidad de quien en 1990 fue reconocido con el prestigioso premio Príncipe de Asturias.

Entre los ciudadanos que han acudido se encontraba Dolores Sánchez, una valenciana miembro de la Asociación de Retinosis Pigmentaria que ha querido con su presencia en la capilla ardiente dar las gracias a Santiago Grisolía, que fue quien «impulsó la investigación sobre este tema en el émbito nacional e internacional». A estas palabras se han añadido las de María José Lázaro, técnico de laboratorio que trabajó con el profesor en el Centro de Investigaciones Citológicas, para destacar que con el regreso del científico a valencia «llegó mucha innovación. Con él, el centro llegó a ser referente de excelencia internacional».

«Era un hombre muy agadable y dispuesto a escuchar opiniones de gente más joven», ha destacado la directora del departamento de Medicina y Crugía de la Universidad Ceu Cardenal Herrera. Ante el féretro han pasado también discípulos suyos como los investigadores Consuelo Guerri y Vicente Rubio, quienes han coincidido en destacar la condición de «excepcional» del científico, además de destacar la labor de acercamiento de la ciencia a la sociedad. Francisco Tomás, exrector de la Universitat de València, ha señalado «su calidad de gran científico y su calidad como valenciano. En la última etapa de su vida su esfuerzo se ha producido en nuestra ciudad, a la que ha puesto en el mapa». También Francisco Mora, anterior rector de la Universitat Politècnica de València, ha querido manifestar su «respeto» hacia aguien «que se ha preocupado y ocupado mucho por la ciencia sobre todo por la ciencia en beneficio de la sociedad. Deja un legado muy importante».

A la capilla ardiente han asistido, entre otros, la consellera de Cultura, Raquel Tamarit; la consellera de Participación, Rosa Pérez Garijo; la consellera de Justicia, Gabriela Bravo; la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé; el exconseller de Cultura, Vicent Marzà; el presidente del PPCV y de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón; la síndica del PSPV, Ana Barceló; el presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de la Comunitat y de Cámara Valencia, José Vicente Morata, y el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de València, Fernando Giner.

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