El itinerario refresca la mirada hacia la Valencia que conocemos y la Valencia pendiente siempre de ser descubierta, rescata joyas antiguas e ilumina otras recientes. Incluso revive hallazgos como el parque en el cauce del Turia. Porque el urbanismo también es arquitectura. Y la arquitectura moderna, ambas cosas: moderna y arquitectura. Gran arquitectura.
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Sergio Adelantado
Siempre me ha interesado la arquitectura anónima, el trabajo bien hecho y en silencio. Veo mi ciudad, Valencia, llena de ejemplos de esa arquitectura desconocida, proyectada por arquitectos anónimos (y no tanto ). Edificios, plazas y calles diseñados con el único interés de servir a los demás. Un ejemplo: el conjunto de viviendas sociales junto a la calle Arquitecto Guastavino, en el barrio del Cañameral. Siete bloques ortogonales de arquitectura desnuda. Construidos al final de los años sesenta, para dar cobijo a las familias de trabajadores portuarios. Siete bloques ordenados como barracones, que dejan entre sí pequeñas calles sin salida, convertidas en patios de vecinos. Cuando los visito, paseo por allí como un vouyer y miro sus pequeños balcones. Espejos de lo que pasa dentro, un Instagram analógico de quien los habita.
Javier Domínguez
El Palacio Municipal simboliza el buen gobierno. Joya de la mejor arquitectura ecléctica e imponente icono urbano, repleto de historia y con extraordinarios fondos documentales. La fachada noble, de impecable simetría a la plaza, se asoma a la escena cívica con una volumetría ciclópea cuya axialidad define una elevada torre del reloj rematada por un carrillón metálico con campanas. Con un lenguaje neorrenacentista, de extraordinaria ornamentación barroca, genera un privilegiado palco de la vida cultural y social. El conjunto escultórico conforma un rico imaginario marmóreo; en su interior, las piezas más emblemáticas proyectadas por Mora y Carbonell exhiben una lujosa decoración: mármoles italianos, bronces dorados, maderas tropicales, tapizados, vidriería... Una arquitectura sofisticada, una majestuosa escenografía.
Amparo Domínguez
El antiguo cauce del río Turia es uno de los lugares favoritos para pasear, hacer deporte y estar en contacto con la naturaleza. Con el paso de los años este corredor verde se ha enriquecido con arquitecturas, paisajes y esculturas. Los puentes adquieren un simbolismo especial, son puntos de encuentro y forman parte del imaginario colectivo que los ha hecho propios, dotándolos de nuevos significados y denominaciones. Obra de Santiago Calatrava, el 9 de octubre sorprende por su escala humana. Su doble tablero es ideal para el tráfico rodado, mientras que desde el lecho fluvial la escenografía escultórica de hormigón visto genera un ambiente de enorme confort visual. La materialidad, los soportes metálicos, contrafuertes y voladizos consagran una puesta en escena mágica y orgánica que favorece la estancia creativa.
Julián Esteban
En los años finales de la década de los 50, se produce un cambio en la arquitectura escolar en Valencia, rompiendo con lo construido en décadas anteriores. Es el caso del Colegio Guadalaviar, de fuerte relación con el estilo internacional imperante en Europa y América. El proyecto (1957) fue realizado por Fernando Martínez García-Ordoñez, que propone una arquitectura abierta e interesantes espacios de esparcimiento, en torno a los cuales se articulaban los pabellones del parvulario y demás dependencias. Especialmente llamativo es el tratamiento del cuerpo principal elevado sobre el suelo y la conjunción de los distintos volúmenes siguiendo los dictados de la funcionalista arquitectura norteamericana. Es novedoso en él tanto el uso de la estructura metálica empleado en su construcción como los acabados con ladrillo visto.
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Ignacio Bosch
La Confederación Hidrográfica del Júcar se integra en la ciudad desde el acertado control de la escala del espacio público. Respira racionalidad y se alinea en la modernidad a través de tres ideas clave: repetición-modulación (malla-retícula) como instrumento de generación formal y producción de la planta libre con instalaciones perimetrales; economía de medios (formal y material); y control de soleamiento y ventilación, dando respuestas adecuadas a las diferentes orientaciones. Deudor de la Escuela de Chicago, asume los planteamientos corbuserianos de mostrar la representatividad enfatizando la horizontalidad mediante la geometría y abstracción de la pieza lineal, pero, en lugar de despegarse, se vincula con el plano de la ciudad, retranqueándose de la línea de fachada mediante un espacio público previo, al modo de Mies.
Sol Candela
Al principio de los 70, cuando mis primos se trasladaron a vivir al bloque de GO-DB, nos veíamos a menudo y en el trayecto a su casa observaba edificios como la Confederación Hidrográfica del Júcar, las facultades de Derecho y de Filosofía y Letras, Agrónomos, Residencia Luis Vives... Pero el que más me gustaba y sigo considerando de rabiosa actualidad es el Colegio Alemán (Pablo Navarro y Julio Trullenque). Su forma de implantarse en la trama urbana, con tipología de edificación abierta; su distribución en torno a un gran patio, con el diseño del jardín delantero, del arquitecto paisajista Rubió i Tuduri, que deja ver una fachada que utiliza la linealidad de forjados y espacios intermedios, con grandes ventanales y paramentos cerámicos de mosaico de Nolla, para crear una composición moderna y una materialidad meticulosa.
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José Ignacio Casar
El edificio promovido por la Caja de Previsión Social del Reino de Valencia para albergar viviendas de la clase media, proyectado por Enrique Viedma Vidal en 1925 y construido entre 1929 y 1933 entonces en la periferia de la ciudad, se inserta con plena autoridad en las propuestas que en la Europa de entreguerras intentaban solucionar el problema de la vivienda. Sin ninguna duda, lo que más me interesa de la Finca Roja es su capacidad para hacer ciudad. El edificio, que ocupa una manzana entera en el Ensanche (el denominado Ensanche de Mora) con fachadas a las calles Marvà, Maluquer, Albacete y Jesús, se vincula con el lenguaje arquitectónico la Escuela de Amsterdam (recurriendo por ejemplo al ladrillo rojo) y pulsa con gran éxito las propuestas urbanas de la Viena roja.
Fátima Galarza
Mi infancia se desarrolla en el emergente barrio de Monteolivete, entre los 60-70, zona precursora de la actual filosofía de ciudad de los 15 minutos. Todo a unos pasos, auténtica vida de barrio. Dentro de aquella cotidianeidad, la parroquia de Jesús Maestro, bella y minimalista, evoca los principios vitruvianos: 'firmitas' (resistencia), 'utilitas' (función) y 'venustas' (belleza). Obra de Corrales y Molezún, su integración urbanística desde su medianera con la finca vecina, a la que adosa la torre campanario, hasta el escalonamiento hacia las antiguas vías del tren... En su interior, el altar ocupa un lugar central, flanqueado por columnas de hormigón, bancadas a los lados y el celebrante oficiando hacia la simbólica luz lateral procedente de las vidrieras. Al exterior, un caravista aparejado protagoniza una fachada carente de huecos.
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María García
El Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad destaca por ser diferente, diseñado en el más puro estilo minimalista. Un monolito de hormigón que alberga un fantástico museo de ideas, que no de objetos, homenaje a la revolución intelectual y política que supuso la Ilustración en el XVIII. Ordena el entorno existente, sirviendo de fondo al jardín del Antiguo Hospital, con el que entabla un diálogo permanente a través del hueco y la marquesina del acceso principal, y de sus grandes ventanales, especialmente el del vestíbulo general con su elevada altura, articulando los dos volúmenes lineales principales que conforman el edificio, entrelazados entre sí como una cinta Moebius. Obra de Guillermo Vázquez Consuegra, recibió en 2001 el Premio CEOE al mejor edificio de España.
Susana Iñarra
El teatro Rialto, del arquitecto valenciano Borso di Carminati, supuso en 1939 un ambicioso proyecto para dotar a la ciudad de una oferta cultural a la altura de las grandes ciudades europeas y, lo que es más importante, de un paradigma estético. Debido al reducido ancho de fachada, muestra su monumentalidad mediante una rica composición vertical con influencia de las corrientes arquitectónicas del momento: racionalismo y expresionismo en su fachada, Art Déco en su interior. El estruendo acústico y visual de la Plaza del Ayuntamiento impide al viandante reparar en su singularidad. Confío en que la peatonalización abra oportunidades para pasear despacio, sentarse, mirar...
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Ángela López
Uno de los conjuntos de viviendas que mejor han sobrevivido al paso del tiempo. Emplazado en uno de los ejes de comunicación de la ciudad, a orillas del antiguo cauce del Turia y frente a las Torres de Serrano, se configura como un elegante espectador del devenir de vehículos y de viandantes. Discreto y en consonancia cromática con su noble vecino, el convento de la Trinidad, el conjunto de viviendas se construyó en un momento de transición, con un estilo organicista derivado del racionalismo (notables son sus terrazas en curva). Recuerda a las Torres Blancas de Francisco J. Sáenz de Oiza (1964, Madrid). Fue un edificio pionero en su época, ya que la promoción la llevó a cabo la propia cooperativa de vecinos que junto a una empresa, gestionarían la zona comercial de la planta baja y sótano.
Elisa Moliner
Una construcción cargada de elementos de fuerte modernidad: su estructura de hormigón visto de esquinas achaflanadas y un excelente cuidado en su ejecución, que aporta ritmo y orden a sus coloreadas fachadas azul y naranja. La mayoría de las 138 viviendas construidas en dos bloques de 12 pisos son dúplex con escalera interior, aunque hay otras de una planta en el bloque pequeño y en planta baja. El conjunto se articula con espacios abiertos interiores, lo que lo aleja de las habituales edificaciones entre medianeras del Ensanche. Se mantiene inalterable su esquema constituyendo en sí un modo de vida particular: en planta inferior la cocina y el salón-comedor con balcón, arriba las habitaciones. Destaca la concepción de los espacios compartidos: pasillos y escaleras aireados por celosías y el patio con alberca y arbolado.
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Malek Murad
Moreno Barberá fue un gran arquitecto del Movimiento Moderno, estilo internacional cuyo objetivo era mejorar la sociedad con la arquitectura y el urbanismo mediante el funcionalismo. Se asignaba un tratamiento arquitectónico específico a cada uso del edificio, siendo Derecho muestra pionera, de excepcional valor patrimonial. La arquitectura anterior eran monovolúmenes con fachadas similares y decoradas. De repente, los edificios se diseñan en bloques de diversos tamaños cuyo destino es reconocible desde el exterior. De la manzana cerrada se pasa a la 'edificación abierta y la ciudad moderna, con edificaciones rodeadas de espacios ajardinados. Se imponían los nuevos materiales, como el hormigón visto en vigas, pilares y parasoles de las fachadas del aulario. O el acero de la fachada acristalada del bloque de seminarios.
Alberto Peñín
Modernista, expresionista o moderna, la ciudad es testigo de su tiempo y así quiero destacar un ejemplo reciente pero menos conocido: las viviendas de realojo en el barrio del Carmen. Me parece relevante poner el acento en grandes arquitectos en ejercicio, en la vivienda, entendida como una cuestión social, y en una arquitectura surgida de su contexto, que seguramente pase desapercibida pero que se sustenta simultáneamente en la tradición mediterránea y en su reinterpretación contemporánea cultural y técnica. Esta pequeña intervención permite disfrutar de una sugerente solución en esquina donde la abstracción de los huecos, los espacios intermedios, la luz y la sombra construyen un imaginario atemporal, sostenible y socialmente comprometido, en el que nos podremos sentir siempre identificados.
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José María Lozano
Román Jiménez fue maestro de la arquitectura y maestro de arquitectos. Nació en Buñol y estudió en los Marianistas de Valencia y en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. En 1967 fundó la de Valencia y fue su primer director. Académico de la Real de BBAA de San Carlos, su fecunda obra es ejemplo de rigor y elegancia, tanto en su implantación urbana como en su forma y contenido. Profunda y, al tiempo, fácil de comprender por su usuario y por el visitante de una ciudad que amó, y a la que sirvió socialmente con disciplina, también desde su responsabilidad institucional en el Ayuntamiento, en estrecha colaboración con la alcaldesa Rita Barberá, en la ejecución de importantes proyectos. El edificio elegido da cuenta de su creatividad expresionista y su singular capacidad para la excelencia funcional y la buena construcción.
Ana Lozano
Cada vez que doblo la esquina de plaza de América me cautiva el vidrio redondeado que abriga el magnífico zaguán del edificio de viviendas de GODB, construido, aunque cueste creerlo por la actualidad de sus elegantes líneas, hace ya más de 50 años. Desde la libertad que ofrecía la ausencia de reglas tan estrictas de construcción como las que ahora nos asfixian por la vigencia de un obsoleto plan de ordenación urbana y el miedo inquisidor de los responsables de su urbanismo, se alza un edificio grácil e inteligente, y tan innovador en sus planteamientos constructivos como modélico en su factura. Capaz de navegar con gracia entre las exigencias estéticas de cada generación, regalan a sus afortunados moradores espacios abiertos y unas magníficas vistas, y todo aderezado con el cálido acompañamiento de la madera.
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José Martí (ERRE Arquitectura)
Si tuviera quedarme con una intervención en Valencia sería, sin duda, la adecuación del antiguo cauce del Turia. El lugar que paradójicamente separó durante mucho tiempo a Valencia en dos mitades pero que, en la actualidad, une y vertebra toda la ciudad. Nos encanta ver a la gente bajar al río para disfrutar de este lugar, convertido en una de las intervenciones urbanísticas y estratégicas más importantes en los últimos años. Pocas ciudades españolas, e incluso europeas, pueden presumir de un espacio de estas características. Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer. La asignatura pendiente sigue siendo la conexión del antiguo cauce con el mar, tan cerca y, a la vez, tan lejos. Seguiremos trabajando para mejorar el entorno a través de proyectos de calidad, que generen ciudad. Somos optimistas, lo mejor está por venir.
Diana Sánchez
Uno de mis edificios favoritos de Valencia del siglo XX es la antigua fábrica de Carlos Gens, ubicada en el barrio de Marxalenes y conocida popularmente como Bombas Gens. Se dedicaba a la fabricación de pequeña maquinaria agrícola, válvulas industriales y bombas hidráulicas. Construida en los años 30, con un magnífico diseño en sus fachadas principales con estilo Art Decó y una cuidada distribución interior para contener la producción de esta fundición. Se trata de un conjunto de grandes valores históricos y arquitectónicos, un gran ejemplo de patrimonio industrial valenciano y también un ejemplo de elemento dinamizador del entorno por la gestión actual que está teniendo con los nuevos usos que tiene, como centro de arte y sede de la Fundación Per Amor a l'Art, entre otros.
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Ángeles Sancho
El edificio Greco se sitúa en una esquina de la calle Beata: cuando te adentras por ella se manifiesta en toda su escala, una composición equilibrada en volúmenes, contrastes cromáticos, vaciados y texturas. Construido con ladrillo caravista (aparejo inglés), hace uso de elementos volados para enfatizar la esquina y la vacía con sutil ligereza provocando las generosas terrazas que marcan la tensión horizontal de la composición. La coronación del edificio con una delicada pérgola que se quiebra y se desplaza intencionadamente en el centro de la composición flotando sobre el edificio parece especialmente interesante. La cancela de acceso oculta el elaborado zaguán donde nada se deja al azar, todo está pensado y ejecutado con esmero. Una profunda búsqueda y realización de un diseño integral: molduras, pavimento, mobiliario...
Marina Sender
El colegio Pureza de María es uno de los mejores ejemplos de arquitectura del Movimiento Moderno de la ciudad, construido mediante volúmenes sencillos y contundentes cuidadosamente dispuestos en función de la parcela que ocupa, generando a la vez magníficos espacios exteriores que fluyen hacia el interior y manifiestan elegantemente la corrección como disciplina compositiva. El conjunto de las edificaciones que componen el colegio, una pieza lineal en fachada, y otras piezas de trazado orgánico en el interior, resulta determinado por la eficiencia funcional y el rigor geométrico, y en él se encuentran plasmados los valores que definen la arquitectura moderna, con aulas con ventilación cruzada, grandes ventanales y terrazas y una disposición en planta ordenada que se adapta perfectamente a su uso.
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