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Han pasado varios años y unas elecciones municipales de por medio y una de las intenciones de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Valencia sigue sin cumplirse. La reagrupación del tríptico 'El Juicio final', una joya artística del siglo XV del pintor Vrancke van der Stockt y cuyas partes pertenecen a instituciones diferentes siguen sin juntarse.
Cabe destacar que el cuerpo central de la pieza es propiedad del Consistorio y las puertas laterales, del Ministerio de Cultura, se encuentran en el Museo de Bellas Artes, –aunque por incongruencias de la gestión cultural, su propiedad está transferida al Museo de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí–. Han sido años de negociación con el Gobierno central para lograr agruparlas. Incluso, en 2015, la concejalía de Acción Cultural, que en aquel momento estaba en manos de Mayrén Beneyto del Partido Popular, logró arrancar el compromiso de cesión de los laterales al Ministerio, a cambio de un trueque artístico que incluía el intercambio de dos piezas. Llegó el cambio de gobierno municipal y la intención de volver a juntar las obras quedó en el aire. Pasados estos cuatro años, tampoco se ha materializado. Es más, la que era edil de Cultura, Glòria Tello, –un cargo que ha vuelto a asumir tras los comicios–, afirmó hace dos años que «desde el punto de vista histórico, el retablo tiene que estar en el Ayuntamiento». Sin embargo, fió esta intención a un momento concreto: la finalización de mejoras en el Museo Histórico de la ciudad, situado en el mismo Consistorio. «No renunciamos al retablo y en cuanto acabemos de remusealizar el Museo Histórico y podamos garantizar las mejores condiciones para él, lo solicitaremos», afirmó la concejala.
Esta pinacoteca es la que, en la actualidad, custodia el cuerpo central de una pieza que Vrancke van der Stockt pintó a finales del siglo XV para que presidiera alguna de las salas de la Casa de la Ciudad, donde se reunían los munícipes y se impartía justicia. El tríptico se conservó completo en el Ayuntamiento de Valencia hasta el siglo XIX. A partir de ahí y por causas que se desconocen, la obra, de gran valor simbólico para la ciudad, se separó. El Consistorio se quedó con la pieza central, pero las puertas laterales cayeron en manos de coleccionistas privados, de casas de subastas y hasta llegaron a pertenecer a una caja de ahorros ya desaparecida. En la actualidad, se puede admirar en el Museo Histórico, una institución que debe acometer obras de mejora en sus instalaciones. Los trabajos se adjudicaron el pasado mes de mayo, con un coste de 800.000 euros y con un plazo de ejecución de 8 meses a contar desde la formalización del contrato. Ese proyecto corresponde a Daniel Nebot, Premio Nacional de Diseño en 1995 y miembro del colectivo La Nave, grupo que en los años 80 revolucionó el sector en España. El objetivo de este plan es adecuar las instalaciones que custodian los símbolos más preciados como la Reial Senyera. La Sala Foral, en la antigua iglesia de Santa Rosa y decorada con pinturas de José Vergara, alberga entre otras reliquias la enseña referida, el penó de la Conquesta, el Trofeo de la Conquista, la espada del rey Jaume I, el cuadro de La Inmaculada y los Jurados de Espinosa, el relicario de Sant Jordi, el Arcángel San Miguel o las Llaves de la Ciudad, entre otras piezas. Así que, de momento, no se manejan plazos para la reagrupación de una pieza única. Es un tema que sigue parado, sin el compromiso entre ambas administraciones. Un hecho que permitiría que las obras se mostraran de manera conjunta.
Vrancke van der Stockt (Bruselas, antes de 1420-1495) fue un reconocido pintor belga. En 1445 heredó el taller de su padre, el también pintor Jan van der Stockt, con todo el material necesario para ejercer el oficio. En 1465, 1472 y 1475 fue magistrado de la ciudad de Bruselas y entre 1471 y 1473 provisor de la Hermandad de San Eligius. En 1476 representó al Gremio de Pintores en un conflicto entre pintores y tapiceros sobre las responsabilidades de cada gremio y, aunque no se posee documentación, se asume que en 1464, tras la muerte de Rogier van der Weyden, de quien muy probablemente fue colaborador, pasó a ser pintor de la ciudad de Bruselas. Se casó con Catharina der Moeyen y tuvo cinco hijos, dos de ellos también fueron artistas.
La concejala de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Amparo Picó, denunció que la concejala de Cultura, Glòria Tello, «ha demostrado su incapacidad para poner en valor a una de las obras más importantes de la ciudad» al no haber logrado la unión de las piezas que componen 'El juicio final'. «La obra de Van der Stockt sigue separada, con la tabla central en el Ayuntamiento de Valencia y las laterales en el Museo de Bellas Artes. Este nuevo gobierno del consistorio debe juntarlas porque se trata de una de las obras más importantes de la ciudad».
La edil naranja censuró a Tello por pasarse «cuatro años de brazos cruzados sin trabajar por los recursos culturales de la ciudad». «Es una vergüenza que los valencianos y los millones de turistas que recibimos tengamos que sufrir la desidia de Glària Tello y su incapacidad para valorar lo que gestiona».
Picó afirmó que presentará una moción para sacar a la luz la verdadera postura de la concejala de Cultura con el patrimonio valenciano. «El Ayuntamiento tiene el cuerpo central de la obra desde hace más de 500 años y ahora el problema está en la incapacidad de diálogo y consenso entre el Ayuntamiento de Valencia y el Ministerio de Cultura», aseveró antes de añadir que «instamos a Glòria Tello a que se ponga a trabajar para poner en valor la cultura y la historia que tiene la ciudad de Valencia».
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