

Secciones
Servicios
Destacamos
A. Rallo
Domingo, 5 de abril 2015, 15:06
los hechos
La familia Viru. Walter Viru, sus hijos Juan y José, y su mujer María Martinez.
Resto de acusados. Carlos Vázquez, Enrique Roca, Salvador Arrue, Raúl Castaño, José Ortega y el entrenador Vicente Natividad.
Los lugares clave. La clínica del médico en la calle Linares y la farmacia de uno de los hijos en la localidad valenciana de Montserrat.
La fiscalía de Valencia ha solicitado dos años de prisión para Walter Viru, el exmédico del ya desaparecido equipo ciclista Kelme, por liderar presuntamente una trama de dopaje que abastecía tanto a deportistas profesionales como amateurs. La mujer y dos de los hijos del facultativo, al igual que otros seis acusados, también se enfrentan a la misma pena de cárcel por su participación en el grupo que suministraba sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento deportivo. Entre los acusados, figura el exciclista Raúl Castaño y el entrenador deportivo Vicente Natividad.
El caso se remonta a finales de 2009 cuando una operación de la Guardia Civil se saldó con una docena de detenidos. Los investigadores descubrieron que Viru suministraba sin ninguna justificación terapéutica diversas sustancias dopantes a numerosos deportistas. El objetivo de estas prácticas no era otro que incrementar la masa muscular y rendimiento físico, tal y como precisa el escrito de la fiscalía. No hay que olvidar el grave daño a la salud que pueden causar este tipo de fármacos por los efectos secundarios o incluso por una mala administración de las dosis, tal y como advierten diferentes informes del médico forense en los que detalla los peligros que afrontan los consumidores. El ministerio público también pide cuatro años de inhabilitación para el profesional sanitario.
La Guardia Civil estableció una vigilancia exhaustiva sobre la clínica del médico, unas instalaciones ubicadas en la calle Linares de Valencia. La mujer de Viru no sólo conocía la ilegal actividad de su marido sino que colaboraba activamente en la trama. De igual modo lo hacían los hijos del facultativo. Uno de ellos tenía una farmacia en Montserrat desde donde también distribuía este tipo de productos, según el escrito de fiscalía.
Las pesquisas judiciales han permitido completar una extensa lista de clientes del doctor peruano. Por ejemplo, destaca el atleta F. J. F. con el que conversaba habitualmente para informarle de cómo evitar los controles antidoping de las pruebas en las que participaba. Los pinchazos telefónicos revelan que se referían a las sustancias dopantes como «potitos». La Guardia Civil cazó a este deportista con una caja de productos ilegales que había recogido de la clínica de Viru.
El procedimiento habitual era enviar los productos (testosterona, hormona del crecimiento y EPO, entre otros fármacos) por correo. Sin embargo, para tratar de ocultar su relación con estas prácticas los paquetes nunca se enviaban al domicilio del interesado sino a la dirección de algún familiar o amigo de confianza.
«La nueva EPO que no da»
En la causa constan indicios de que el facultativo también trataba a la ciclista C. N. T.. Ordenó que se le remitiera Epo y Tiroxina a través de empresas de paquetería. Los agentes interceptaron una llamada de Viru en la que le comunica que envía Retracrit, «la nueva EPO que no da en los controles». Incluso le recuerda cómo debe inyectarse las dosis ante el olvido de la interesada. En el registro de la casa de esta deportista se halló abundante material prohibido y dos cuadernos con anotaciones de sustancias ilegales.
La fiscalía explica cómo al ciclista P. J. V. le facilitó varias cajas de medicamentos en la propia consulta y en la gasolinera de Montecañada, una urbanización cercana a Valencia. Virú le explicó por teléfono los pasos que debía seguir para no dejar rastro en los controles antidoping.
Otro de los deportistas controlado por el doctor era un conocido ciclista paraolímpico, según el escrito del ministerio público. Era su propio entrenador, el acusado Vicente Natividad, el que le inyectaba las dosis. Una doctora que también trataba a este deportista, tras un análisis, le llegó a decir que si no fuera porque lo conocía pensaría que se «estaba metiendo algo». Al parecer, sí lo estaba haciendo. Los agentes encontraron en casa de este entrenador numerosas sustancias que, tras ser analizadas, resultaron ser hormona de crecimiento, timolol, efedrina y pseudoefedrina. También constan envíos de fármacos prohibidos al ciclista profesional G. P., de nacionalidad francesa.
Destaca el caso de al menos dos pacientes de Viru que no eran profesionales y simplemente practicaban deporte por afición, pero también consumían estos peligrosos productos pese al riesgo que pueden suponer para la salud. A uno de ellos lo envió directamente a la farmacia propiedad de su hijo para que le facilitara los fármacos. Le dijo que ya llevaría él posteriormente la correspondiente receta.
La investigación judicial ha permitido conocer que Viru se implicaba incluso durante las carreras. Así ocurrió presuntamente durante la Vuelta Ciclista a España de 2009. A su paso por Valencia, el médico peruano suministró Freamine al corredor español J. A. L. justo antes de la contrarreloj. Se trataba de una ampolla sin marca comercial ni principio activo que contenía corticoides e insulina, así como parches de testorena. «El doctor Viru se ofreció a planificarle la temporada a base de hormona, Epo e insulina», según el documento judicial.
En ocasiones, tal y como se relata en el escrito al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, el propio doctor facilitaba el teléfono de algún proveedor de estas sustancias para que contactara directamente con ellos y realizara el correspondiente pedido. Los agentes encontraron en la clínica de la calle Linares y también en el domicilio particular del profesional una importante cantidad de medicamentos prohibidos y diversa documentación, entre ella, planes de entrenamiento y ciclos anabolizantes para aumentar la masa muscular.
Otro de los acusados es Carlos Vázquez, administrador de la empresa Reckon Farma. La sociedad estaba a la espera de obtener las autorizaciones necesarias para operar como almacén farmacéutico. A través de otro acusado, Enrique Roca, suministraba sustancias dopantes al doctor Viru. Algunos de los productos de los que hablan estos dos procesados son exclusivamente de uso hospitalario. En algún caso, los fármacos no se comercializan en España como por ejemplo ocurre con Genotropin (hormona de crecimiento).
Punto clave de la trama
La farmacia de Montserrat era uno de los puntos clave de la trama. El hijo de Viru, Juan Domingo, suministraba sustancias prohibidas a los deportistas a los que su padre prescribía sin justificación médica o incluso sin receta. La fiscalía también pide su inhabilitación. Otro de los descendientes del facultativo peruano, que por aquel entonces estudiaba Farmacia, incluso llegó a elaborar productos dopantes. Así consta en los pinchazos telefónicos. Por ejemplo, cuando la madre del universitario le dice que quiere 80 de Oxandrolona y este le contesta que la hará esa misma noche.
El ciclista amateur Raúl Castaño vivía en Bétera. También estaba relacionado con el entrenador Natividad y se encargaba de lograr sustancias prohibidas para la red. Este deportista mantenía contacto permanente con el médico investigado. La Guardia Civil no ha conseguido identificar a todos los deportistas que llegaron a contactar con la trama. En una de estas grabaciones,un hombre le pide Getropin al acusado José Ortega. Y este le responde que si quiere «la china o la buena».
La fiscalía considera que los hechos constituyen un delito contra la salud públicas y pide para todos los acusados dos años de cárcel y una multa de 81.000 euros para cada uno de los acusados.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.