LOURDES MARTÍ
Lunes, 19 de mayo 2014, 00:29
Ouais Zitane no necesita alas para volar. Ayer lo demostró en la XXXII Volta a Peu a Valencia en una mañana que arrancaba sin sol pero con calor. Las principales calles de la ciudad quedaron como testigo de la velocidad a la que es capaz de correr este marroquí que rebajó en 10 segundos el récord de la prueba más popular de la capital del Turia. 23 minutos y 30 segundos tardó el atleta del club Cárnicas Serrano en cruzar la línea de meta de esta edición número 32 de la Volta a Peu, que sin embargo cumple sesenta años de existencia, pues la primera vez que se celebró desde el mismo lugar fue en 1924.
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20.000 valencianos se echaron a la calle para disfrutar de la prueba más popular de la ciudad, esa en la que poco importa la marca -para la gran mayoría-, y sí practicar deporte junto a familiares, amigos o compañeros de entrenamientos. Por ello es fácil encontrar entre los participantes a una pareja empujando un carrito de un bebé o un grupo que prefiere afrontar el recorrido disfrazado. Y luego están los atletas. Los que exprimen los kilómetros.
De entre todos ellos, sobresalió Zitane, que toma el testigo de Antonio Pérez Perales. El reconocido atleta internacional valenciano poseía la mejor marca en esta prueba desde 1995. 19 años desde que detuviera el crono en 23:40. Ahora junto a su nombre, quedará grabado el del atleta marroquí.
El pistoletazo de salida de la Volta a Peu, a las 10 horas en el paseo de la Alameda, fue la mayor inyección de energía para Zitane. Aunque mandó desde el principio, durante los últimos 400 metros de la prueba el corredor del Cárnicas Serrano deslumbró especialmente.
Poco pudieron hacer ante el ritmo medio de 2:56 por kilómetro del marroquí sus dos compañeros de equipo que completaron el podio. 25 minutos y 10 segundos tardó en terminar la prueba Agustín Sieres, que cruzó la línea de meta en segundo lugar, y tan sólo ocho segundos más tarde completaba los ocho kilómetros de recorrido el también valenciano Octavio Sanchis.
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No hubo registro histórico en categoría femenina, aunque sí se recogió bastante diferencia entre María José Casinos, que fue la más rápida entre las mujeres (31:52) y la segunda clasificada, Merche Ávalos (32:30). El tercer lugar en el podio lo ocupó Raquel Almiñana (32:51) En la clasificación en atletas en silla de ruedas Juan Pascual Plaza e Inmaculada Puchól Gómez ocupan los puestos más altos.
Ellos dos junto a los seis que se subieron al podio en categoría masculina y femenina se presumían los protagonistas de la mañana. Sin embargo, en una carrera como la Volta a Peu, las 20.000 personas que participan se consideran vencedores. Si el atletismo popular en la ciudad conquista cada vez a más personas, la prueba de ayer lo hace especialmente. Sobre todo porque muchos de ellos se preparan en exclusiva para ese reto. 8.000 metros que algunos completan corriendo y otros lo hacían a pie.
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Todos ellos participaron en algo mucho más importante que en una Volta a Peu que pasará a la historia. No sólo por el registro de Zitane. Y es que los corredores aportaron mucho más que color a las calles de Valencia. Cada persona inscrita donó un euro destinado a la Cruz Roja de la Comunitat. Gracias a esas 20.000 personas, la organización podrá financiar acciones que tienen como principal reto la correcta alimentación y educación de los más pequeños sin recursos.
Zitane, autodidacta y músico
Y, una vez más, también fueron protagonistas los espectadores. Familiares, amigos o curiosos que se acercaban a las zonas por las que transcurría el trazado. Y uno de los que recibió el apoyo de toda la gente fue Ouais Zitane. El vencedor de la prueba corría por primera vez esta prueba y estaba «sorprendido» de lo que había vivido. A buen seguro que luego compartiría la experiencia con la mujer más rápida, María José, con quien comparte piso. El atleta del Cárnicas Serrano llegó a Valencia hace cerca de tres años. Le gusta entrenarse por el viejo cauce del río Turia. Nació en 1987 y no fue hasta las 17 primaveras cuando empezó a correr: «En mi pueblo, que está al norte de Marruecos, no hay clubes ni las oportunidades de aquí. Aprendí a competir solo, nadie me enseñó». Aunque confiesa que no se pone los cascos para escuchar música para prepararse las carreras, lleva el ritmo en la sangre.
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Todavía no había cumplido los diez años cuando pidió a su padre, constructor, que le comprara un piano. Al igual que en el atletismo, fue autodidacta: «Me llamaba la atención y empecé a tocar, luego también aprendí a tocar la batería. tengo buen oído», explica. Además de sentir el calor de la gente en las carreras también lo ha experimentado desde arriba del escenario: «He estado en algún que otro grupo y me gustaba».
Mientras demostraba su destreza con la música también estudiaba: se matriculó en derecho y le gustaba la informática, sin embargo el atletismo es lo que más le llena: «Me decanté por el deporte», dice con orgullo Zitane. Su próximo reto lo tiene claro: «Quiero dar el salto internacional. Creo que tengo capacidad para hacerlo. Y muchas ganas». Conseguirlo o no está en sus piernas. Ayer fue el más rápido entre 20.000 personas. Dentro de una fiesta del atletismo, Zitane tenía un reto. Y lo consiguió.
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