Los tarahumaras valencianos

Los enigmáticos tarahumaras iluminaron al mundo del atletismo cuando, en 1994, se impusieron a algunos de los mejores ultrafondistas de montaña de Estados Unidos. Lo hicieron en la mítica prueba de las 100 millas de Leadville, en las Rocosas de Colorado. Estos indios, habitantes de las Barrancas del Cobre en México, son capaces desde hace siglos de devorar cientos de kilómetros de una tacada y huyendo de la sofisticación. Nada de zapatillas de vanguardia. Utilizan unas singulares y rudimentarias sandalias. La fascinante tribu está inspirando a los runners en los últimos años. Un fenómeno que está evolucionando especialmente en Valencia, donde se ha llevado a cabo una iniciativa pionera. Ha nacido el primer club de corredores descalcistas y minimalistas de la Comunitat.

El pasado mes de octubre, Ramón Auñón y Fernando Gavín decidieron fundar el equipo, que actualmente está ultimando los trámites para federarse. Y el éxito está siendo rotundo, ya que los miembros se han multiplicado en ocho meses. Se trata de corredores populares que buscan la pureza del running ya sea para superar lesiones, mejorar tiempos o por simple curiosidad.

"Fernando montó una tienda de zapatillas minimalistas en Valencia. Y le propuse hacer quedadas con personas que nos conocíamos por las redes. El objetivo era aconsejar y que la gente se lanzara sin miedo. Entonces empezamos a hacer el grupo de entrenamiento. Empezamos cinco o seis y ahora somos unos 40", explica Auñón, encantado con la respuesta. Cada lunes por la tarde, se reúnen en el viejo cauce del Turia.

El equipo, denominado 5dedos, ha marcado un hito. "Es el único club de la Comunitat seguro. Y de España también. Y probablemente del mundo. Correr así es algo relativamente nuevo en el mundo occidental. En países en vías de desarrollo, sí que se corre descalzo. Como club, hasta donde conocemos, debemos ser el único", señala Auñón, presidente y entrenador.

En el conjunto, hay atletas tanto descalcistas como minimalistas. Dentro de este segundo grupo, pueden emplear hasta tres tipos de calzado, pero todos cumplen las mismas características básicas.

"Una zapatilla minimalista permite correr sin interferencias con el suelo, de la forma más parecida a ir descalzos. Es fina, ligera, permite que los dedos se expandan y no tiene drop. El drop es la diferencia de altura entre talón y punta. Si tiene mucho drop, te dificulta pisar con la parte delantera y casi te obliga a caer de talón, bloqueando la rodilla. Eso distorsiona la forma natural de correr y aparecen lesiones que no son naturales, sobre todo en la rodilla. Corriendo sin nada, no caes mal y evitas lesiones que hay con zapatillas amortiguadas", avisa.

Dentro de las zapatillas minimalistas, hay algunas aparentemente convencionales pero con la horma grande. Existen también la llamadas five fingers, que separan los dedos. Y finalmente se encuentran unas sandalias agarradas al tobillo, conocidas como huaraches.

"Huaraches es el nombre que le dan los tarahumaras, que corren en su tierra con estas sandalias. Ahora las hacen con neumáticos y antes eran de cuero", apunta Auñón. Un miembro del club, Jordi Maldonado, las fabrica artesanalmente.

La historia de los tarahumaras, considerados los mejores atletas de larga distancia del mundo y residentes en un terreno escarpado de México, trascendió con la publicación en 2009 de Nacidos para correr, de Christopher MacDougall. Un libro que ha impulsado el descalcismo.

5dedos compite en asfalto y montaña. Y ya cosecha éxitos. En el circuito trail de Valencia, en la categoría sprint, el equipo marcha líder y luciendo zapatillas minimalistas.

"Ningún récord del mundo se ha batido corriendo con zapatillas amortiguadas", defiende Auñón. Hay iconos, como el etíope Abebe Bikila, quien se colgó el oro en el maratón de los Juegos de Roma de 1960. Compitió descalzo. Como Zola Budd. La sudafricana logró plusmarcas en los 5.000 y los 3.000 metros a mediados de los años 80.

"Empecé a correr descalzo por una fascitis plantar en ambos pies. Pensaba que no volvería a correr. Descalzo pisas de forma espontánea para no dañarte. Se deben acostumbrar los tendones y los músculos. Es una cuestión sensitiva. No tiene parangón. Cuando llevas zapatillas, es como si llevaras guantes y quisieras pintar con los dedos", cuenta Josep Manuel Vert, miembro de 5dedos.

María José López también forma parte del club: "Me quedé estancada y, con los huaraches, he bajado mis tiempos. Cada vez voy más rápido". Ha sido la segunda veterana en el medio maratón de Alcàntera de Xúquer y en los 42K de Navajas.

Jesús Trejo ha resuelto su problema de ampollas: «Llevaba ocho años corriendo con amortiguado. Las sensaciones son completamente diferentes. Disfruto muchísimo más. Esta forma de correr es mucho más eficiente. Tu cuerpo sólo gasta lo que necesita. Antes acababa más cansado a nivel muscular. Mis mejores marcas son con sandalias». Con ellas, ya ha realizado dos maratones, una distancia para él. Los tarahumaras valencianos arrancan con fuerza.