![La pantera cura sus heridas](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/pre2017/multimedia/noticias/201606/20/media/99765716.jpg)
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MOISÉS RODRÍGUEZ
Lunes, 20 de junio 2016, 00:15
valencia. La pantera lame sus heridas. No lo hace con tristeza. Más bien al contrario. Sus ojos vivaces y su eterna sonrisa de marfil destilan alegría. Mira con optimismo al futuro, por mucho que el primer semestre de 2016 haya sido para ella un tortuoso camino infestado de lesiones. «A nivel emocional todo me afecta muchísimo. Han pasado muchas cosas. He tenido problemas y he madurado. Ahora me creo las cosas y he cambiado en los estudios», asegura Fátima Diame.
uSenegal. El país del que son sus padres. Tiene familia allí «Fui con siete años. Era todo muy bonito, pero no recuerdo demasiado».
uCampeona de España. De longitud y de 60 metros en pista cubierta. Lo logró en 2014.
uRespaldos. Está satisfecha con el del Proyecto FER. «Estoy contenta, no necesito más. Pero claro, ves lo que sucede con otros deportes y ves el apoyo al atletismo en otros países...», desliza.
Valenciana de familia senegalesa, cumplirá 20 años después de los Juegos. Dicen que el futuro es suyo. Está considerada como uno de los diamantes aún en bruto del atletismo español. Se hablaba de Tokio, pero tanto ella como su entorno ven posible ir este verano a Río. «Es el objetivo. Primero Amsterdam (el Europeo al aire libre) y luego los Juegos. No me obceco. Para Tokio 2020 voy a ir a por todas», asegura.
Eso sí, sabe que para ser olímpica en 2016 ha de sobreponerse a las lesiones que la atenazan. Empezó a entrenarse para la temporada en pista cubierta, pero se la arruinó un problema de ligamentos. La historia de terror se repitió en la preparación para el aire libre. Ahora sufre una pequeña rotura en el cuádriceps. Esta semana se ha sometido a dos ecografías: «Yo confío estar en mi Campeonato de España y en el absoluto». Diame se muestra segura de sí misma. Sueña con ser olímpica y considera que está capacitada para lograrlo este año: «Es que todavía no he podido saltar longitud. Creo que sin lesiones ya tendría la mínima para Río».
Esta pesadilla la ha hecho recapacitar. «Los estudios son importantes, al mismo nivel que el atletismo. Imagina que te llega una lesión y te lo tienes que dejar», asegura Fátima Diame, que en un principio prefería la carrera de criminología. Cambió de planes, pero no se despojó de la bata. Este año ha cursado segundo de enfermería. «En diez años me gustaría ser alguien en el atletismo y ejercer de enfermera. Me gusta urgencias y neonatos. No lo tengo decidido, pero sí me he planteado ser matrona», comenta.
El próximo curso será más duro. Con el inicio de un nuevo ciclo olímpico, pase lo que pase en la recta final hacia Río, se centrará aún más en el atletismo. Hará sesiones dobles, pero tampoco descuidará la universidad. «No sé cómo lo voy ha hacer. Lo tengo hablado ya con los profesores e iré a preguntar cuando tenga dudas», indica.
Destila determinación. De toda la vida. Hija de un matrimonio senegalés, él mecánico y ella limpiadora, tiene cinco hermanos. Todos ellos le acompañan en las competiciones nacionales. Cuando sale por el resto del mundo, montan una pantalla en casa y se une la familia de Madrid: «Están todos muy contentos cuando me ven en los medios».
Con 20 años, aún recuerda el paseo por el viejo cauce que le cambió la vida. Tenía siete. Una niña. Por pura curiosidad, se asomó a una valla. A la del Estadio del Túria. Allí vio a un grupo de niños y niñas de la escuela del Valencia Club Atletismo. «Saltaban, corrían... se les veía felices. Yo le dije a mi padre que quería que me apuntaran a eso», relata Fátima Diame.
Empezó como alevín, con ocho años. «Al principio eran juegos, hacía de todo. Luego me decidí por las vallas y la longitud. Cuando comencé a entrenar con Rafa Blanquer hice también velocidad, y así hasta ahora», señala. Entre sus planes para 2016 estaba consagrarse en la longitud, pero no contaba con el lastre de las lesiones. Esta temporada ha acabado haciendo triple salto, prueba en la que participó en la Liga con el Valencia Club Atletismo: «La verdad es que yo siento la presión de hacerlo bien porque la Liga es importante. Este es mi club de toda la vida. Es como una gran familia y nos apoyamos todos». Por ello, respiró aliviada cuando hace poco más de una semana se prolongó la hegemonía de casi un cuarto de siglo.
«Para 2017 quiero seguir entrenando longitud. La velocidad no se pierde nunca, sólo hay que trabajar y la próxima temporada también quiero hacer 100 y 200 metros», indica Diame, que precisa: «Las vallas me van bien para los pies.
Pero esa será otra historia. La que empiece a escribirse después de una temporada de aire libre que para ella ha de pasar por Amsterdam y Río de Janeiro. Si en agosto viaja a Brasil, se habrá cumplido el sueño de la niña que quiso ser como Niurka Montalvo. «Cuando llegué al club, estaban Concha Montaner y ella. A Concha también la admiro, pero es que Niurka me encanta cómo salta. Hablaba conmigo y me quedaba embobada. Luego, con el paso de los años, en una pretemporada vino a rodar con nosotros. Era emocionante trabajar junto a ella y con su entrenador», subraya.
Con Blanquer. Un día, Diame tenía un edema en el tobillo y cambió de pie para saltar. «Yo me sentí rara, pero a él le gustó. Recuerdo que Rafa me observó y me dijo: 'Tienes la misma técnica que Niurka'». Lo narra sonriente. Orgullosa.
metros es la marca que tiene en longitud. «Estando lesionada», subraya para enfatizar que se siente capaz de llegar a los 6,70 de la mínima olímpica.
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