Secciones
Servicios
Destacamos
Paula quiere ser maestra. Pero desde pequeña. «A veces pasaba por delante de su habitación y tenía como un banco en el que sentaba a ... todas sus muñecas y peluches mirando hacia una pizarra», relata su padre. Previamente, ella se había acicalado: se vestía con su ropa que más se asemejase al de su profesora, se calzaba unos zapatos con tacones y se pintarrajeaba los labios. Y se ponía a recitarles la lección a sus juguetes. Pero no cualquier lección: la suya. «Me servía para estudiar. Siempre me ha gustado exponer en público y así retenía mejor. De hecho, ahora en las prácticas lo he fomentado con los niños, las exposiciones orales, tanto en castellano como en valenciano», comenta. Claro está, Paula estudia magisterio... y es atleta. Porque a todas estas, ella quiere ir a unos Juegos Olímpicos... como consiguió su padre, Rafa Blanquer, en Montreal 1976.
«Es la meta de todos, llama la atención», comenta Paula Blanquer, la hija de uno de los grandes referentes del atletismo valenciano y que pese a que la joven ha sido medallista nacional absoluta, tanto bajo techo como al aire libre, se muestra cauto. «Hay que ir paso a paso. Igual que un niño tiene sus etapas hasta ser adulto, con un atleta pasa lo mismo. No hay que ponerse metas tan altas como los Juegos. A largo plazo sí, y si se da, pues ya veremos», comenta el padre, pero también el entrenador.
«Pero yo si tengo la mínima voy a ir. Hay que aprovechar los momentos, que luego nunca se sabe», replica ella. Paula Blanquer acaba de proclamarse subcampeona de España de los 100 metros vallas en Torrent, con una marca de 13.36 y peleándole el oro hasta los cuadros a Laura Banko, que la batió por una décima. Cierto que no estaban las favoritas Xènia Benach y Teresa Errandonea. Pero también es verdad que la valenciana ha dado en este 2023 un salto importante: el bronce en el Nacional bajo techo, la plata de hace unos días, o la marca personal de hace unos días en su competición objetivo, el Europeo sub-23 (13.22) resumen en datos una gran temporada.
Noticia Relacionada
Un curso que tuvo un momento con un componente emotivo: la victoria de Paula Blanquer en la carrera de vallas del Mitin Ciudad de Valencia, celebrado en el Luis Puig en enero. Esa carrera cerró un poco el círculo a nivel simbólico, pues llevaba como segundo nombre 'Memorial Emilio Ponce'. «Realmente fue algo bonito. Yo entrené con él en esa instalación tan emblemática y, además, entregarle el premio a mi hija, que ganó...», resume Rafa Blanquer. «Yo no llegué a conocerle, pero ganar en mi ciudad y que me dé el trofeo mi padre es espectacular», comenta ella. «Sí, si le conocías», responde él. Este reportaje encierra una conversación humana, con los pulsos naturales entre padre e hija, pero también de entrenador a atleta, del técnico veterano que trata de modelar con paciencia a su pupilo y el deportista que quiere comerse ya el mundo.
«Yo no tengo la capacidad de Emilio Ponce, que veía a una persona caminar por la calle y te decía en la prueba en la que iba a destacar», comenta Rafa Blanquer cuando se le pregunta por cuándo se dio cuenta que en Paula había una atleta: «También es cierto que llevo mucho atletismo encima. Ves que es rápida, que tiene un muelle en el tobillo impresionante y aparte de lo físico, lo mental influye. Hay gente muy buena que no tiene cabeza para afrontar las cosas, y ella lo tiene».
Paula Blanquer es, como no podía ser de otro modo, una de las perlas del Valencia Club Atletismo. Además de los éxitos individuales, ya ha sido pieza importante del equipo que milita en División de Honor y que cada año es el principal favorito tanto en la Liga como en la Copa. «Ya ves cómo es: espontánea, auténtica y tiene mala leche, por eso corre tanto y tan fuerte. Si no eres agresivo en este tipo de competiciones no haces nada. Además, es estudiosa y tiene muchos valores», la define el padre.
La joven ha cumplido 20 años, por lo que esta ha sido su primera temporada como sub-23. Pero Paula es atleta de cuna, pues practica el deporte que le inculcaron tanto su padre como su madre. «Nadie me ha obligado. Es cierto que hay momentos en los que piensas: 'Me iría por ahí con mis amigos en vez de entrenar'. Pero cuando ves que te salen las marcas entiendes que vale la pena continuar», expone la atleta.
Ella podría haber sido saltadora de longitud como su padre, el primer español que pasó la barrera de los 8 metros y que fue medallista europeo. De hecho, se entrenó con Niurka Montalvo antes de pasar a trabajar con Rafa Blanquer. «También practicaba las vallas con Ana Torrijos y tenía un poco el corazón partido», reconoce Paula Blanquer.
La selección natural hizo el resto. Salieron los resultados y el atletismo ganó una vallista con enorme proyección. Esporádicamente vuelve a la longitud, o a carreras de velocidad, aunque en un Campeonato de España, donde hay tres carreras, esto resulta más complicado. Hay que administrar fuerzas, a corto y largo plazo. Completar el círculo en el ámbito olímpico. De Blanque a Blanquer. De Montreal a...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.