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Eusebio Cáceres, en el Europeo de selecciones. Efe/ePA/A. Grygiel

Eusebio Cáceres, conocerse como método para dar el gran salto

«Cuando compito fuera me he sentido fuerte. Tengo una idea de dónde puedo estar y quiero verme con los mejores», señala el atleta de Onil de cara a los Juegos Olímpicos

Lunes, 14 de junio 2021, 01:26

Eusebio Cáceres tiene una plaza en Onil. Por su presencia en París 2012, la comparte con José Javier Arques (Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y Barcelona 1992) y Salvador Vila (Atlanta 1994). Casi seguro que al elenco se añadirá en Tokio Jorge Ureña y ... también lo peleará hasta el final Andreu Blanes. La localidad conocida durante décadas por su industria juguetera decidió homenajear a aquellos por lo que es famosa en las últimas: sus deportistas olímpicos, hasta ahora todos atletas. ¿Y cuál es la fórmula de la pócima mágica? «Muy sencillo. Hay mucha calidad por descubrir en el mundo y en el pueblo, dos locos de su deporte como Jesús Gil y José Antonio Ureña, que hacen salga gente», indica sobre sus mentores el saltador de longitud, que gracias a conocerse cada día más a sí mismo eligió esta modalidad.

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Esta capacidad también le ha ayudado a lidiar contra las lesiones. «Como las he sufrido bastante, cuando estoy bien creo que me encuentro en mi mejor momento y que soy capaz de lograr lo que no he conseguido nunca», afirma: «Cada uno tenemos nuestras individualidades. Por mi musculatura, no puedo darme masajes todas las semanas ni antes de las competiciones. Cuando estoy blando, me lastimo».

Probó el fútbol, el baloncesto, el tenis... pero a Eusebio Cáceres le cautivó el atletismo. «Mis entrenadores creían que me iba a decantar por el fútbol, pero yo lo tenía claro: aquí dependes solo de ti... En mi caso recuerdo que me gustaba correr, la velocidad», señala: «Pero me animaban a que hiciera de todo, y mientras mi cuerpo iba creciendo».

Eusebio Cáceres achaca al 'descubrimiento guiado' la elección del salto de longitud. «Hasta los 18 o 20 años estuve haciendo combinadas. Si me hubiera centrado a los 13, igual me habría ido a la velocidad, pero Jesús y José Antonio me animaban a ir entrenando a la persona. Y cuando quise lograr el máximo rendimiento, me decidí», señala el atleta integrado en el Proyecto FER.

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Esa capacidad de adaptarse le llevó a los Juegos de Londres. Y a tomar una decisión vital tras no acudir a Río en 2016: marcharse a Madrid y trabajar a las órdenes de Juan Carlos Álvarez. Ahora está totalmente centrado en el deporte: «Para el futuro siempre he pensado en ser bombero o algo relacionado con las fuerzas de seguridad. Pero el 100% no es el 99% y yo tengo una oportunidad que a pocos se les presenta». Con la barra de la confianza a tope, mira hacia Tokio.

«Cuando compito fuera, últimamente me he sentido fuerte. En los Juegos veremos cuáles son las condiciones, pero quiero rondar mi marca personal (8.37, lograda en 2013. Tengo una idea de dónde puedo llegar. Primero, iré a hacer un buen Campeonato de España y luego, a Tokio a verme con los mejores», comenta Eusebio Cáceres, que ocupa el séptimo puesto de la World Athletics (1.385 puntos).

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Se siente fuerte y por ello la semana pasada lanzó un dardo contra las nuevas zapatillas para salto de longitud. «Son muelles, por mí las prohibía», dijo. «Ahora mismo para muchos son imposibles de conseguir. Yo estoy probándolas y las sensaciones son exageradas. Quiero competir con ellas, son de domarlas. He hablado con atletas que no quieren competir contra gente que las tengan. Si todos las tienen, bien, pero si hay quien no puede acceder a ellas...», reflexiona. Al final, la tecnología parece que ha llegado al deporte para quedarse. De nuevo, Eusebio Cáceres, como el resto de deportistas, deberá dar otro paso al frente y conocerse mejor a sí mismo.

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